miércoles, 5 de marzo de 2014

CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
CURRÍCULO DE RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA
Educación Infantil, Educación Primaria,
Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato.

COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS


CURRÍCULO DE RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA.
EDUCACIÓN INFANTIL (3-6 AÑOS)

Introducción

La formación religiosa y moral católica cuenta con una larga tradición en el sistema educativo español y, respondiendo a razones profundas de la institución escolar y a derechos humanos reconocidos por la Constitución española, está garantizada actualmente por el Acuerdo Internacional suscrito entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, firmado el 3 de enero de 1979, en el cual se establecen los principios que hacen posible las garantías constitucionales.
La enseñanza religiosa pretende contribuir así a la calidad de la educación, con la propuesta y desarrollo de los conocimientos, valores y actitudes que conforman su currículo.
El sentido transcendente de la vida -capacidad básica del individuo- está enraizado en lo más profundo del ser, y el niño puede reconocerlo, según los niveles de aprendizaje propios de cada edad, en los símbolos y signos de su entorno, en las experiencias religiosas de sus mayores, en la cultura que se transmite en la escuela. No podría existir una formación integral si no se desarrollasen todas las capacidades inherentes al ser humano, entre las cuales se encuentra constitutivamente la capacidad transcendente.
En esta edad tan crucial para el posterior desarrollo de su personalidad, es cuando el niño comienza a comprender el mundo que le rodea y a relacionarse con él. En este proceso, que se desarrolla en el seno de la familia, lo afectivo ejerce un papel relevante y se constituye en camino para el aprendizaje.
La enseñanza religiosa católica en la Educación Infantil, tiene en cuenta la experiencia del niño en esta edad de 3 a 6 años en referencia a tres ámbitos: la identidad y autonomía personal, el descubrimiento del medio físico y social, y la comunicación y representación de la realidad. Estos tres ámbitos de experiencia no son tratados de forma fragmentada o independiente unos de otros, sino en mutua relación e interdependencia. La experiencia religiosa del niño crece a la vez que se desarrolla su autonomía e identidad personal en relación con el medio.
La enseñanza religiosa católica pretende acercar al niño a las claves principales de la fe cristiana, ayudarle a descubrir esta experiencia en su entorno, y a que él mismo desarrolle sus facultades de expresión y se inicie en los elementos primeros que facilitan la comunicación con Dios. La iniciación a la formación religiosa y moral católica que se presenta en el currículo fundamenta y motiva los valores y actitudes básicos, favorece los hábitos de comportamiento, y contribuye también al desarrollo de destrezas y habilidades que se ejercitan en los tres ámbitos de experiencia enunciados. “En el universo cultural, que interiorizan los alumnos y que está definido por los saberes y valores que ofrecen las demás disciplinas escolares, la enseñanza religiosa escolar deposita el fermento dinamizador del Evangelio y trata de alcanzar verdaderamente los demás elementos del saber y de la educación”.

Para ello, este currículo se vale de los elementos cristianos presentes en el entorno del alumno, las imágenes y símbolos, el lenguaje y otros recursos que hacen posible la comprensión de la experiencia religiosa adecuada a esta edad.
La enseñanza religiosa en esta etapa colabora y desarrolla la competencia en comunicación lingüística pues se sirve del lenguaje que conforma la cultura que se trasmite en el área de religión, así como de los lenguajes de la propia enseñanza religiosa.
Así mismo, la formación religiosa y moral católica aporta a las competencias sociales y cívicas la fundamentación de los valores que conlleva mejorar las relaciones interpersonales basadas en principios y valores que emanan de la persona de Jesucristo y ayuda, en consecuencia, a afrontar las situaciones de conflicto mediante el diálogo, el perdón y la misericordia, valores genuinamente cristianos.
En lo más profundo del ser cristiano surge el gran valor de la fraternidad universal. De ahí que las mínimas exigencias éticas de convivencia, participación, respeto a la diversidad sean consecuencias de la fe cristiana.
La distribución de los contenidos y los respectivos criterios de evaluación y estándares en cada uno de los tres cursos deben realizarse teniendo en cuenta las competencias, los objetivos y la sistematicidad de los contenidos adecuados a las edades en cada curso, de tal manera que el desarrollo del currículo mantenga su sistematización orgánica en diálogo con los demás saberes.
Conforme a las competencias establecidas en el citado Acuerdo internacional y reconocidas en la Disposición Adicional Segunda de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, corresponde a la Conferencia Episcopal Española fijar el currículo del área de Religión y Moral católica.

Objetivos

Al finalizar la educación infantil se pretende que el/la niño/a haya desarrollado los siguientes objetivos:
1. Descubrir el propio cuerpo, como regalo de Dios, promoviendo la confianza y el desarrollo de sus posibilidades personales.
(Competencia humanizadora, competencia linguistica)
2. Reconocer en el entorno familiar y social manifestaciones que expresan la vivencia de la fe católica e identifican la comunidad religiosa a la que pertenece.
(Competencia humanizadora y social)
3. Observar y describir elementos y relatos religiosos cristianos que permitan al niño desarrollar los valores y actitudes básicas de respeto, alegría y admiración.
(Competencia humanizadora, competencia social)
4. Expresar y celebrar las tradiciones, fiestas y aniversarios más importantes, ejercitando las primeras habilidades motrices, para relacionarse con los demás y para acceder a la oración, los cantos de alabanza y el sentido de las fiestas religiosas.
(Competencia cultural y competencia linguistica)
5. Favorecer la realización de actividades que promuevan la participación, la cooperación y la generosidad como medio de expresar el amor de Dios y la fraternidad.
(Competencia humanizadora, aprender a aprender)
6. Descubrir que los cristianos llaman Padre a Dios Creador de todas las cosas, y saben que está con todos nosotros, nos quiere y perdona siempre.
(Competencia de sentido y trascendencia, humanizadora)
7. Conocer que Jesús nació en Belén y es amigo de todos y nos quiere, murió por nosotros y resucitó para estar con nosotros.
(Competencia social, competencia de sentido)
8. Valorar que la Virgen María es la Madre de Jesús y también Madre de todos, que forman una gran familia.
(Competencia social y cívica, humanizadora)
9. Respetar a las personas y cosas de su entorno, cuidarlas y preocuparse de ellas, como Jesús ha hecho y nos enseña a hacer.
(Competencia social y cívica, aprender a aprender)

Contenidos

1. La creación, como obra de Dios y regalo a sus hijos. Dios pide respeto en el cuidado y uso de la naturaleza y de las cosas. Gratitud y admiración por la creación.
2. El cuerpo humano es regalo de Dios Creador que quiere que el niño crezca, con la colaboración de los padres.
3. La salud como regalo de Dios. Los medios que Dios nos ofrece para conservar la salud. Promover la acción de gracias.
4. Los símbolos religiosos. Observar el vocabulario, imágenes y edificios religiosos cercanos al niño.
5. Dios habla. La Biblia, el libro santo de los cristianos. Admiración y cuidado del libro que contiene la palabra de Dios.
6. Dios es nuestro Padre, nos cuida y nos invita a servir a los demás.
7. La alegría por el nacimiento de Jesús. Relatos del nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús.
8. Algunos textos importantes que se refieren, sobre todo, a Jesús y María. La oración como relación con el Padre Dios, Jesús y su Madre.
9. El amor de Dios Padre, Jesús, el Hijo de Dios y amigo nuestro, la Virgen María Madre de Jesús y Madre Nuestra.
10. Jesús cuida de todos y nos quiere a todos.
11. Dios quiere que nos amemos como Él nos ama. Las actividades diarias como medio para construir la vida familiar y las relaciones con los demás, según el plan de Dios.
12. La manifestación del amor cristiano en gestos de compartir y de amistad. La familia, lugar de descubrimiento y experiencia religiosa y cristiana.
13. Somos los hijos de Dios y parte de su familia, la Iglesia. Expresiones de agradecimiento y alegría por pertenecer a una familia.
14. El domingo como fiesta del Señor resucitado. Principales fiestas cristianas. El canto como expresión religiosa de alabanza, alegría y gratitud.



Criterios de evaluación

1. Conocer y valorar y respetar algunos signos del cristianismo en los lugares más conocidos, su sentido y su realidad.
2. Conocer algunos valores humanos que poseen en su interior y que Jesucristo les enseña.
3. Saber compartir la alegría del amor que Dios nos tiene.
4. Valorar las enseñanzas que Jesús nos da para aprender a amar a los demás.
5. Valorar el don que Dios nos hace haciéndonos hijos suyos y parte de su familia, la Iglesia. Expresiones de agradecimiento y alegría por pertenecer a una familia.
6. Aprender a hablar con Jesús y su madre María junto con los amigos y compañeros.
7. Conocer y valorar los elementos mínimos de una fiesta religiosa y su posibilidad de participar en alguna presencia.

Estándares de aprendizaje

1. Sabe observar los referentes religiosos de su entorno.
2. Sabe el significado de las palabras con sentido religioso más usuales en su propio vocabulario.
3. Aprende a respetar los signos y símbolos religiosos de su entorno.
4. Está conociendo el amor de Dios Padre que le quiere y con las enseñanzas de su Hijo Jesús.
5. Se alegra de que Dios le haya creado.
6. Progresa en su admiración por el amor que Jesús nos tiene.
7. Sabe que los cristianos confiamos en Jesús, le pedimos y le damos gracias.
8. Valora mucho y le gustan algunos pasajes del evangelio: la oveja perdida, las bodas de Caná, Jesús y los niños.
9. Sabe reconocer la cruz, la luz del altar, el agua bendecida.
10. Sabe y se alegra con la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
11. Sabe dónde está la Casa de Dios y la nuestra, la Iglesia.
12. Le gusta tener amigos y compartir con ellos como hermanos pues Dios es padre de todos.
13. Sabe que muchos nos atienden y quieren, nos dan alimentos, vestido y limpieza.
14. Asume algunos valores que Jesús le enseña: compartir las cosas, perdonar y ser perdonados, y ayudar a los compañeros.
15. Aprecia los valores cristianos que facilitan la convivencia. Respeta a los demás, a sus libros y a sus juegos.
16. Progresa en las actitudes para amar y ser amado.
17. Aprecia las oraciones básicas. Padre Nuestro, Ave María y algunas expresiones religiosas de nuestra tradición cristiana).
Metodología didáctica
La enseñanza religiosa en la etapa infantil deberá impartirse en un diálogo con las tres áreas de desarrollo de esta etapa. El profesor de religión, al analizar los objetivos propuestos para la religión y moral católica descubrirá que las tres áreas pretenden desarrollar son asumibles si se pone al niño en situación de que también descubra los contenidos de la fe cristiana sobre sí mismo, en el entorno físico y social y en la comunicación y representación de la realidad.
La Religión pretende desarrollar las mismas capacidades, añadiendo el sentido cristiano para la educación integral del niño, según la voluntad expresada por los padres. El niño en el ámbito escolar va abriéndose a su propia realidad y al mundo que le rodea, a su vez, debe captar también la dimensión cristiana de su existencia:
El conocimiento de sí mismo y la autonomía personal se enriquece con el conocimiento de Dios, su creador y Padre.
El conocimiento del entorno desde la fe proporciona al niño una visión nueva de la creación y de los seres vivos; y el entorno social se le presenta en la unidad de una familia: Dios, Padre y los hombres hermanos.
El tercer ámbito de experiencia, la comunicación y representación, adquiere un nuevo valor al ofrecer al niño una interpretación de los símbolos religiosos y un camino de comunicación con Dios y con los demás, hijos de Dios y hermanos entre sí.
El niño de tres años llega paulatinamente a tomar conciencia de su capacidad, de sus posibilidades de acción y de cómo gozarlas. A partir de los cuatro años entran en juego capacidades nuevas. Actitudes de colaboración, hacer favores, trabajos, admiración amistad, y valores como la sinceridad, el respeto y la gratitud. Le gusta contemplar lo bello. El niño de cinco años vive una etapa en la que asimila y organiza el resultado de sus búsquedas; de alguna manera selecciona sus experiencias, las recuerda y las hace parte de su vida.
En general son disposiciones que facilitan y fundamentan el despertar religioso. Es feliz cuando descubre que Dios le ama y se interesa por él.
A su vez, es necesario ponerle al niño en contacto con realidades que estimulen su crecimiento. El valor considera el bien, lo bueno, desde un orden afectivo, de amor, de admiración.. De ahí que la educación en los valores no se pueda enmarcar sólo en la rigidez de un horario. Es un proceso personal profundo que pertenece a un orden superior.
Se trata de presentar valores que tengan un común denominador y descartar aquellos antivalores por los que una libertad sana no puede optar como son la mentira, el egoísmo, la violencia.. Es vital poner en práctica aquellos que, a partir de un fundamento religioso, puedan asumirlos como suyos, descubiertos en su interior, como son: la lealtad, la solidaridad, la amistad, el amor…
Madrid 30 de diciembre de 2013


CURRÍCULO DE RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA.
EDUCACIÓN PRIMARIA

Introducción

La formación religiosa y moral católica cuenta con una larga tradición en el sistema educativo español y, respondiendo a razones profundas de la institución escolar y a derechos humanos reconocidos por la Constitución española, está garantizada por el Acuerdo suscrito entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, firmado el 3 de enero de 1979, en el cual se establecen los principios que hacen posible las garantías constitucionales.
La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, confiere a la enseñanza de las religiones el tratamiento académico, en Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato, que les corresponde por su importancia para el logro de la educación integral del alumno, conforme a lo previsto en la Constitución Española (art. 27.2 y 3) y en los acuerdos suscritos por el Estado español.
La Disposición Adicional Segunda responde al derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos, según sus convicciones, estableciendo que la religión católica se incluirá como área o materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos.
El currículo de la enseñanza de la religión católica constituye una síntesis básica y global del mensaje cristiano, adecuada a la edad del alumno, a las exigencias epistemológicas de la materia, a las expresiones culturales del entorno y a las demandas didácticas del sistema educativo. Se enmarca en un contexto histórico y social, incluye parte del gran acervo cultural y artístico que emana de la fe católica y de otras confesiones, y posibilita el análisis comparado de los contenidos en diálogo con la cultura de nuestro tiempo.
La síntesis del mensaje cristiano, que se presenta en el currículo, fundamenta y motiva los valores y actitudes básicos y favorece los hábitos de comportamiento. Con todo, se pretende que el alumno adquiera las competencias adecuadas a su edad y en el tiempo de cada etapa.
No podría existir una formación integral y, por tanto, una educación de calidad, si no se desarrollasen todas las capacidades inherentes al ser humano, entre las cuales se encuentra constitutivamente la capacidad transcendente. Esta capacidad básica del individuo, adquiere su auténtico cumplimiento en la búsqueda del sentido último de la vida.
Enraizada en lo más profundo del ser, el alumno va descubriéndola -teniendo en cuenta los niveles de aprendizaje propios de cada edad- en los símbolos y signos de su entorno, en el progreso y humanización del propio ser humano, en el lenguaje narrativo de la Biblia, en los modelos cristianos de identificación y, particularmente, en la persona de Jesucristo y su presencia en la comunidad cristiana.

Contribución del área de religión católica al desarrollo de las
competencias básicas

La enseñanza religiosa católica como materia integrada en el currículo del alumno contribuye también, de manera importante, a la mayoría de las competencias básicas del currículo. Sin embargo, esta contribución no obsta para que el área de religión y moral católica concrete y especifique sus propias competencias.
La religión y moral católica aporta a la competencia cultural y artística, una valoración crítica de la cultura a la luz del evangelio, motivando al mismo tiempo el aprecio de la propia cultura y la estima adecuada de otras tradiciones culturales y religiosas.
La cultura y la historia europea occidental, y la propia historia y cultura española, no pueden ser comprendidas y asumidas si se prescinde del hecho religioso presente siempre en la historia cultural de los pueblos.
Con relación a la competencia social y cívica, la enseñanza religiosa católica aporta la fundamentación y jerarquización de los valores y virtudes que contribuyen a educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la corresponsabilidad, el ejercicio de la solidaridad, de la libertad, de la justicia y de la caridad. Todo ello, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
Ello conlleva mejorar las relaciones interpersonales basadas en principios y valores que emanan de la persona de Cristo y ayuda, en consecuencia, a afrontar las situaciones de conflicto mediante el diálogo, el perdón y la misericordia, valores genuinamente cristianos. En lo más profundo del ser cristiano surge el gran valor de la fraternidad universal. De ahí que las mínimas exigencias éticas de convivencia, participación, respeto a la diversidad sean consecuencias de la fe cristiana.
La enseñanza religiosa católica aporta elementos básicos en cuanto al logro de la competencia en comunicación lingüística pues se sirve del lenguaje académico, de los lenguajes que conforman la cultura que se trasmite en el área de religión, así como de los lenguajes de la propia enseñanza religiosa.
El diálogo de la fe con la cultura contribuye a la competencia en comunicación lingüística, en la medida en que exige ejercitarse en la escucha de la palabra de Dios,
en los diversos modos de comunicación que la acción de Dios sobre el hombre ha utilizado. Su revelación es rica en distintos lenguajes. Así, el lenguaje bíblico y su riqueza de expresión y simbología, el lenguaje doctrinal y su precisión conceptual, analítica y argumental, el lenguaje litúrgico y su cercanía al lenguaje de los símbolos del pueblo cristiano, el lenguaje, en fin, testimonial que hace posible la transmisión vital de lo conocido.
La competencia para la autonomía e iniciativa personal no podrá realizarse en el alumno si no comienza ya a adiestrarse en el conocimiento de sí mismo, en su ser más profundo, en sus potencialidades, en su dignidad y en su sentido. La formación religiosa católica aporta a dicha competencia una cosmovisión que da sentido a la vida y, por tanto, al sentido de la cultura y de la identidad misma de la persona humana. Una cosmovisión que hace posible la formación integral del alumno frente a visiones parciales y determinantes de la libertad propia.
En síntesis, la enseñanza religiosa católica no se reduce a una enseñanza de valores; se dirige a la persona concreta en sus raíces, en sus posibilidades humanas y, sobre todo, se dirige al ser humano en su finalidad trascendente. Todo ello conlleva el
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ofrecimiento del Evangelio de salvación de Jesucristo, para que, una vez conocido, surja la humanidad nueva hecha de hombres nuevos conforme al designio de Dios.
La enseñanza religiosa contribuye positivamente al desarrollo de la competencia de aprender a aprender en el estudio y reflexión del Mensaje cristiano facilitando el impulso del trabajo en equipo por su intrínseco sentido comunitario, proponiendo no sólo una propuesta consensuada de valores y actitudes, sino un marco de referencia aceptado voluntariamente según sus convicciones, que ha de ser crisol en la búsqueda de la verdad y del bien.
Las competencias específicas en el área de religión y moral católica
La enseñanza religiosa católica se estructura a partir de cuatro dimensiones que fundamentan las competencias específicas de la enseñanza religiosa católica: La dimensión cultural e histórica, la dimensión humanizadora, la dimensión ético-moral y la dimensión epistemológica. Estas dimensiones aportan, a su vez, elementos con referencia a las competencias básicas, ya analizadas, y orientan y clarifican las competencias y capacidades específicas del área de religión católica.
La dimensión cultural e histórica está presente en la enseñanza religiosa, dado que el patrimonio cultural, histórico y antropológico-axiológico que gran parte de las sociedades reciben del pasado está vertebrado por contenidos religiosos. En este sentido, la Religión católica ha dado sus frutos en el arte, en los sistemas de significación moral, en la creación popular y en la acción social.
El alumno no sólo va a conocer, sino que podrá comprender y asumir los valores que conlleva el conocimiento del hecho religioso en su expresión artística, cultural y estética, teológica y vivencial.
La dimensión ético-moral explicita las exigencias morales que conlleva el mensaje cristiano. En la religión católica se ofrece una determinada manera de ver la vida, en cuya base se encuentra un concepto de hombre, un núcleo referencial de ideas y creencias, y la propuesta de una escala de principios y valores. La enseñanza religiosa católica expone, fundamenta y jerarquiza los valores y virtudes capaces de educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la responsabilidad, el ejercicio de la solidaridad y de la caridad. Todo ello fundamentado en la Palabra y en los hechos de Jesucristo.
Con ello estamos fundamentando uno de los valores básicos, su dignidad como ser humano, como hijo de Dios. El sistema educativo no puede tener como objetivo reproducir sin más el modelo de sociedad existente. Habrá de disponer a sus alumnos para que puedan abordar críticamente esa sociedad e intervenir en ella para cambiarla o modificarla.
Para ello, la dimensión humanizadora faculta al alumno para dar respuesta a sus interrogantes más radicales, haciendo a su vez posible la formación de hombres y mujeres conscientes, críticos, libres y creadores.
El alumno necesita, ya en estas edades, especialmente motivaciones para amar, para construir la personalidad más humana, para ilusionarse en proyectos de vida altruista y desinteresada. El testimonio de hombres y mujeres santos en toda la historia constituye un referente continuo para la autoasimilación de los valores más genuinamente cristianos.


Es importante en el proceso de la formación integral la orientación hacia un significado último y total de la existencia humana facilitan el desarrollo de su identidad personal, finalidad fundamental del quehacer escolar.
La dimensión epistemológica se presenta en el ámbito escolar, en su estructura disciplinar, con el carácter científico con el que se abordan las ciencias de la religión y la teología. Sus contenidos son saberes con una fundamentación y una metodología científica propia, implantados con rigor y tradición en nuestro entorno cultural. Su estatuto epistemológico original entra en el ámbito educativo en confrontación y diálogo con aquellos otros tipos de saberes y racionalidad que operan en la escuela.
La síntesis teológica es una dimensión básica y, a su vez, el objetivo general que irá desarrollándose y aplicándose en cada una de las etapas y cursos con referencia a cada uno de los núcleos temáticos que conforman la síntesis teológica: El fenómeno religioso, la cultura y la historia de la religión, la Biblia, Dios Padre, Jesucristo, El Espíritu Santo, la Iglesia, los sacramentos, la liturgia, la vida cristiana, la moral y los valores, la Virgen María, la escatología.
A partir de éstas dimensiones concretamos y desarrollamos las competencias específicas de la materia de religión y moral católica, la competencia cultural e histórica, la competencia humanizadora, la competencia ético-moral y la competencia epistemológica y la competencia de sentido trascendente, contribuyendo, a su vez, a las competencias básicas comunes a todas las materias del currículo de los alumnos.
Conforme a las competencias establecidas en el citado Acuerdo internacional y reconocidas en la Disposición Adicional Segunda de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, corresponde a la Conferencia Episcopal Española fijar el currículo del área de Religión y Moral Católica.

Objetivos

1. Conocer, apreciar y respetar el patrimonio cultural-religioso como expresión de la fe católica.
(Competencia cultural e histórica, Competencia para
la comunicación lingüista)
2. Comprender y valorar el sentido sagrado, festivo, cultural y celebrativo de las fiestas y sus ritos especialmente en la liturgia de la Iglesia.
(Competencia cultural e histórica, Competencia para
la comunicación lingüista)
3. Conocer y manejar la Biblia reconociendo su estructura de forma básica. Identificar el sentido de algunos textos básicos como Palabra de Dios.
(Competencia cultural e histórica, Competencia para la comunicación
lingüista, aprender a aprender)
4. Comprender la relación intrínseca entre los valores básicos del ser humano y la acción creadora de Dios Padre.
(Competencia humanizadora, Competencia social y cívica, aprender a
aprender)
5. Valorar la novedad del amor de Dios que nos salva del pecado y de la muerte, por su Hijo Jesucristo, apreciando la acción salvífica de la Iglesia, Cuerpo de Cristo.
(Competencia sobre el sentido trascendente, Competencia humanizadora)
6. Identificar el significado de algunos textos básicos del mensaje cristiano, que faciliten la comprensión de la acción del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo.
(Competencia lingüística, humanizadora, aprender a aprender)
7. Descubrir en Jesucristo camino, verdad y vida el fundamento para un estilo de vida cristiano.
(Competencia humanizadora, social y cívica, Competencia de sentido
trascendente)
8. Identificar la Iglesia en sus manifestaciones, reconocer la presencia de Dios y su gracia en los sacramentos, y el servicio eclesial prestado por los apóstoles y sus sucesores.
(Competencia social y cívica, sentido y trascendencia, humanizadora)
9. Reconocer los valores cristianos ya presentes en las figuras bíblicas más destacadas de la historia de la Salvación.
(Competencia ético-social, humanizadora)
10. Valorar la relación entre la fe y el comportamiento cristiano, conociendo las raíces y el sentido de la acción y del compromiso cristiano.
(Competencia humanizadora, ético-social, sentido trascendente)
11. . Descubrir la relación entre el destino eterno del hombre y la realidad temporal en la que está viviendo, apreciando la victoria de Cristo sobre la muerte.
(Sentido trascendente, aprender a aprender)
12. Descubrir y apreciar la síntesis de los elementos básicos de la fe cristiana presentes en el Credo de la Iglesia.
(Competencia epistemológica, sentido trascendente, aprender a aprender)

PRIMER CURSO

Contenidos

1. La creación como obra admirable de Dios para el ser humano.
2. La Palabra de Dios y la comunicación de Dios con el hombre.
3. Dios se manifiesta como Dios Padre, creador y misericordioso.
4. El amor de Dios que nos hace hijos suyos.
5. Los hijos de Dios podemos hablar con Él.
6. Jesucristo nos enseña
7. Dios manifiesta su amor dando la vida por nosotros
8. Jesucristo resucitó, nos acompaña y se queda con nosotros.
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9. La gran familia de los hijos de Dios, la Iglesia cree, reza y se reúne para celebrar el amor de Dios.
10. Las fiestas y celebraciones del año litúrgico. El sentido de la fiesta cristiana: Dios con nosotros.
11. Significado de las fiestas marianas más importantes.
12. Significado y sentido de algunos símbolos religiosos en las celebraciones: el agua, el fuego, la luz, el aceite, los gestos, la música.
13. La gran fiesta del cielo como regalo de Jesús para sus amigos

Criterios de evaluación

1. Valorar la creación, la bondad y la paternidad de Dios.
2. Descubrir que Dios es Padre y nos cuida
3. Apreciar el amor de Dios al hombre y a su creación.
4. Comprender que Dios Padre ha enviado a su Hijo Jesús para que nos muestre el camino para llegar a Él.
5. Reconocer el mensaje y la enseñanza de algunas parábolas de Jesús.
6. Saber aplicar a la propia vida los valores y virtudes que surgen de las enseñanzas de Jesucristo.
7. Comprender que Cristo nos muestra su amor enseñando el camino para llegar a Dios, muriendo por nosotros, perdonándonos y enviándonos su Espíritu.
8. Reconocer que la Iglesia es la familia de los hijos de Dios.
9. Comprender y respeta el domingo, Día del Señor.
10. Saber y valorar la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
11. Valorar la Vida Eterna como un regalo de Dios

Estándares de aprendizaje

1. Relata con sus palabras el amor del Padre Dios por todos nosotros.
2. Describe la naturaleza como la fiesta de la creación de Dios.
3. Manifiesta agradecimiento a Dios Padre por la naturaleza a través de dibujos, oraciones, gestos en clase…
4. Indica algunos textos bíblicos que señalan que Dios Padre no nos deja solos.
5. Memoriza la oración del Padrenuestro
6. Repite oraciones sencillas para expresar amor a Dios Padre.
7. Enumera acciones que el Señor realiza para ser mejores hijos de Dios.
8. Sabe que Jesús resucito y está siempre con nosotros.
9. Cuenta a los demás compañeros lo que hacen en su familia, en su entorno cercano, como Jesús nos enseña.
10. Conoce pasajes del Nuevo Testamento en que se manifiesta la fe en Jesús Resucitado.
11. Describe con algunos rasgos qué es una familia y qué es una comunidad cristiana.
12. Sabe que la Virgen María es Madre de Dios y Madre nuestra.
13. Reconoce en la Iglesia diversas manifestaciones que expresan la alabanza a Dios Padre.
14. Valora y sabe que el cielo es la casa de Dios donde nos encontraremos con Jesús.

SEGUNDO CURSO

Contenidos

1. La creación de Dios, datos bíblicos y valores que surgen.
2. La Biblia es palabra de Dios. Él nos habla.
3. Textos bíblicos. Dios se manifiesta como Dios Padre, creador y misericordioso.
4. Dios muestra su amor, su providencia y su perdón realizado en su hijo Jesucristo.
5. El amor de Dios que nos hace hijos suyos. Elementos y sentido del bautismo.
6. Los medios por los que podemos hablar con Dios. El valor de la oración como relación con Dios.
7. Dios envía a su Hijo Jesucristo. Jesucristo camino, verdad y vida.
8. Enseñanzas de la vida de Jesús presentes en las parábolas, especialmente los valores generados en ellas.
9. Dios manifiesta su amor en la muerte y resurrección de su Hijo, nos acompaña y se queda con nosotros: el Espíritu Santo.
10. La gran familia de los hijos de Dios, la Iglesia cree, reza y se reúne para celebrar el amor de Dios
11. Las fiestas y celebraciones del año litúrgico. El sentido de la fiesta cristiana: Dios con nosotros.
12. El valor de la presencia de la Virgen María junto a los apóstoles.
13. El culto cristiano como alabanza y acción de gracias a Dios.
14. La gran fiesta del cielo como regalo de Jesús para sus amigos

Criterios de evaluación

1. Reconocer en algunos textos bíblicos la doctrina sobre la creación, la bondad y la paternidad de Dios.
2. Descubrir que en la Biblia se encuentra el mensaje que Dios Padre dirige a los que creen en él
3. Valorar cómo a través del bautismo se integra en la familia de Dios (Pueblo de Dios).
4. Reconocer los principales símbolos religiosos de la celebración del sacramento.
5. Identificar la oración como el diálogo que se establece entre Dios y el creyente.
6. Comprender que Dios Padre ha enviado a su Hijo Jesús para que nos muestre el camino para llegar a Él.
7. Reconocer el mensaje y la enseñanza de algunas parábolas milagros de Jesús.
8. Saber aplicar a la propia vida los valores y virtudes que surgen de las enseñanzas de Jesucristo.
9. Comprender que Cristo nos muestra su amor enseñando el camino para llegar a Dios, muriendo por nosotros, perdonándonos y enviándonos su Espíritu.
10. Reconocer que la Iglesia es la familia de los hijos de Dios.
11. Identificar el significado de los símbolos cristianos en las fiestas de su entorno y primordialmente el templo.
12. Saber y valorar la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
13. Saber describir y respetar las distintas prácticas religiosas y su sentido: la oración, el culto.
14. Valorar la Vida Eterna como un regalo de Dios

Estándares de aprendizaje

1. Establece diferencias entre el ser humano y el resto de los seres creados.
2. Conoce las ideas fundamentales referentes a la Escritura (conjunto de libros, significado de inspiración divina, contenido…)
3. Trata con respeto y cuidado los textos bíblicos que manejan.
4. Recopila signos de su propio bautismo.
5. Dibuja los signos y símbolos propios del rito bautismal.
6. Conoce pasajes evangélicos en que Jesús se muestra orando al Padre.
7. Reconoce en la Iglesia diversos modos de orar.
8. Identifica a Jesús como enviado de Dios.
9. Señala con sus palabras que Jesús nos muestra el camino para llegar al Padre Dios.
10. Identifica relatos evangélicos donde Jesús expresa que es el Hijo de Dios.
11. Sabe explicar por qué Jesús murió.
12. Reconoce en la Iglesia diversas manifestaciones que expresan la alabanza a Dios Padre.
13. Conoce pasajes del Nuevo Testamento en que se manifiesta la fe en Jesús Resucitado.
14. Explica en rasgos generales la vida de algún santo o santa que sea modelo significativo del seguimiento del Señor.
15. Indica frases de Jesús en las que invita a preocuparse por los demás.
16. Expresa a través de dibujos que la Vida eterna es un encuentro maravilloso con Dios Padre.

TERCER CURSO

Contenidos

1. La acción de Dios creador del hombre y la mujer, superiores a todo lo creado. Valores que surgen de la creación, la fraternidad.
2. El ser humano necesita la ayuda de Dios. Jesús puso su confianza en su Padre Dios.
3. La ruptura del hombre con Dios por el pecado.
4. La respuesta de Dios a la separación del hombre mostrando su misericordia.
5. La celebración de la venida de Jesús en Navidad. Su amor y su salvación.
6. La salvación de Dios nos llega con la muerte y resurrección de Jesucristo, Salvador, vencedor del pecado y de la muerte, vive para siempre.
7. La acción del E.S. está siempre presente en la Iglesia.
8. Los sacramentos de la Iglesia. Penitencia.
9. La fe y el seguimiento de los apóstoles es su respuesta al amor que Jesucristo les muestra.
10. El mandamiento del amor a Dios y al prójimo y los mandamientos, expresión de la ley natural y del amor de Dios. Regla de conducta humana y cristiana.
11. El valor de las fiestas en el nuevo pueblo de Dios. La acción de gracias a Dios en las fiestas religiosas.
12. El cristiano realiza un camino que culmina en la vida eterna

Criterios de evaluación

1. Saber en qué consiste la acción creadora de Dios hoy y cómo continúa creando e invita al hombre a colaborar con Él. Todos podemos y debemos colaborar con Dios.
2. Tomar conciencia de que Dios ayuda al hombre sin quitarle su libertad, dándole fuerza para vencer el mal. Confiamos en Jesús como Él confió en su Padre Dios.
3. Reflexionar ante la realidad de que nuestras acciones pueden ser buenas o malas. A veces tenemos fallos, deficiencias, ofensas: pecamos.
4. Descubrir cómo Jesús nos enseña que Dios es Padre misericordioso que siempre perdona al que se arrepiente.
5. Conocer que el hombre no es como le gustaría ser. El hombre necesita que se le perdonen sus fallos, sus malas acciones, sus pecados. Necesita sobre todo la salvación de Dios. Dios ofrece la salvación a los hombres aunque le hayan ofendido. Jesús vino para salvar al hombre del pecado.
6. Valorar que en Navidad Jesús viene para salvarnos, nos muestra el camino, la verdad y la vida. Nos muestra su amor.
7. Comprender el amor de Jesús. A Jesús le siguieron muchos, los que habían visto en Él el amor y la bondad de Dios. Otros buscaban como matarle pues el amor y la bondad de Jesús les denunciaba su egoísmo y su mentira. Jesús por su muerte en la cruz quiso darnos la mayor prueba del amor de Dios, amando hasta el límite, hasta la muerte. Cristo murió en la cruz para cumplir la voluntad del Padre que era salvarnos a todos. Al tercer día resucitó.
8. Conocer que todo cuanto ha hecho Jesús por nosotros es porque nos ama más que nadie y por eso quiere que le sigamos y hagamos lo que Él hace. Tomar conciencia de que Jesús nos invita a seguirle y a ser su discípulo. Seguir a Jesús es imitarle en todo lo que él hizo, anunciar su Evangelio, vivir todos como hermanos amándonos y celebrar la Eucaristía dándole gracias y ofreciéndole lo que hacemos.
9. Valorar que en la comunidad de los discípulos de Jesús, la Iglesia, se vive como hermanos. Saber que el Espíritu Santo produce en los cristianos los frutos del amor, la alegría, la paz, la bondad y la fidelidad y la unidad.
10. Saber que la Iglesia perdona los pecados en el nombre de Dios. Comprender que igual que somos perdonados también nosotros debemos perdonar y ser misericordiosos. Por el sacramento de la Penitencia la Iglesia nos perdona en el nombre de Dios.
11. Conocer y valorar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo. El prójimo es cualquier persona que se acerca a aquel que necesita ayuda, el prójimo es cualquier persona necesitada. Jesús nos lo aclara con la parábola del Samaritano. El amor de Jesús no excluye ni siquiera los enemigos. La caridad y el amor es el más excelente de los dones de Dios. Por el amor se conocerá a los discípulos de Jesús.
12. Orientar el sentido último de la vida como plenitud del encuentro con Dios. Porque la muerte no es el final de todo. Para el cristiano la muerte significa el encuentro definitivo con Jesucristo resucitado y vivo para siempre.

Estándares de aprendizaje

1. Reconoce el amor de Dios con nosotros al crearnos a su imagen.
2. Enumera aspectos valiosos de las personas (servicio, altruismo, capacidad de inventiva…)
3. Sabe que necesita confiar en el Señor para vencer el mal.
4. Identifica algunos hechos y palabras de Jesús que muestran el amor de Dios al hombre.
5. Comprende y valora acciones salvíficas de Jesús en las referencias bíblicas sobre sus milagros, su muerte y resurrección.
6. Comprende y es capaz de explicar que quien une a los miembros de la Iglesia es el Espíritu Santo.
7. Identifica en relatos vocacionales (María, Zaqueo, Pedro, Pablo) el cambio que les produjo encontrarse con Jesús.
8. Reconoce que la Iglesia es la familia de los hijos de Dios.
9. Conoce y relaciona los sacramentos de la Reconciliación.
10. Sabe que el Espíritu Santo nos ayuda a conocer a Jesús y nos da fuerzas para seguirle y ser testigos suyos
11. Sabe razonar que la fe y las obras son respuestas al amor de Dios, manifestado en Jesucristo.
12. Fundamenta el sentido del mandamiento del amor como enseña Jesús.
13. Sabe aplicar en la relación con los amigos y la familia algunos valores generados en la persona de Jesucristo, la humildad, el servicio, el amor.
14. Reconoce el sentido religioso en algunas obras artísticas y gestos litúrgicos.
15. Sabe explicar el significado de algunos textos evangélicos que hagan
referencia a la vida eterna.

CUARTO CURSO

Contenidos

1. El mundo y la vida como don de Dios en la Biblia. Valores que surgen de la creación, la dignidad.
2. Dios Padre ayuda al hombre para hacer el bien.
3. La ruptura del hombre con Dios a través del pecado. La respuesta de Dios a la separación del hombre mostrando su misericordia.
4. Los milagros ¿y las parábolas en la Biblia que fundamentan los valores presentes en la vida cotidiana.
5. La acción salvadora de Dios a través de los patriarcas, Moisés y María en el pueblo judío. Esperamos la venida de Jesús el salvador.
6. La salvación de Dios nos llega con la muerte y resurrección de Jesucristo, Salvador, vencedor del pecado y de la muerte, vive para siempre.
7. La fuerza del Espíritu genera los vínculos internos que unen a los miembros de la Iglesia.
8. Los sacramentos de la Iglesia. Eucaristía.
9. Los cristianos, testigos de Jesús.
10. El séptimo y octavo mandamiento. La fraternidad y el respeto a los demás.
11. El valor de las fiestas en el nuevo pueblo de Dios. Su sentido comunitario y rememorativo.
12. El cristiano realiza un camino que Jesús nos enseña para llegar al cielo.

Criterios de evaluación

1. Valorar que Dios creó el mundo para que el hombre pudiera trabajar y disfrutar del trabajo continuando la obra de la creación de Dios. Todos podemos y debemos colaborar con Dios.
2. Conocer cómo valoran los cristianos la ayuda de Dios y la necesidad que tienen de ella para hacer el bien y vencer el mal. Para ello es necesario confiar en Él. Algunos milagros y parábolas nos enseñan la verdad de Dios (Jn. 15,5).
3. Reconocer que Jesús vino para salvar al hombre del pecado. En Navidad Jesús viene para salvarnos.
4. Descubrir la acción salvadora de Dios en Israel a través de los Patriarcas. Abrahán no tenía casa y cuando Dios le pide que salga de su tierra era ya anciano. Contra toda esperanza humana de tener hijos él se fía de Dios y cree. Dios le bendice y le hace una Promesa: será padre de un gran pueblo.
5. Valorar la acción por la que Dios salvó a Moisés de las aguas del Nilo. A Moisés Dios le encomendó la misión de sacar a su pueblo de la esclavitud de Egipto para llevarlo a la tierra de libertad. Con Moisés Dios hizo una Alianza con su pueblo: Dios se comprometió a cuidar atenderlos y ellos tenían que ser fieles a Dios.
6. María fue elegida por Dios para ser Madre de su Hijo. En ella se expresa el amor con que Dios nos ha amado a los hombres en Jesús su Hijo. Ella intervino en nuestra salvación al aceptar la invitación de Dios. Ella colaboró en que Dios se hiciera hombre, Jesucristo, Salvador.
7. Comprender el amor de Jesús. Jesús por su muerte en la cruz quiso darnos la mayor prueba del amor de Dios, amando hasta el límite, hasta la muerte. Cristo murió en la cruz para cumplir la voluntad del Padre que era salvarnos a todos. Al tercer día resucitó y se apareció a las mujeres y a los apóstoles.
8. Valorar que en la comunidad de los discípulos de Jesús se vive como hermanos. La Iglesia, nuevo Pueblo de Dios tiene por cabeza a Cristo, tiene por condición la libertad y dignidad de los hijos de Dios y tiene como fin extender el Reino de Dios hasta que llegue a su plenitud en el fin de los tiempos.
9. Conocer la Eucaristía en la que Jesucristo está presente bajo las especies de Pan y Vino dándonos a comer su Cuerpo y a beber su Sangre. En la Misa nos reunimos la familia de los cristianos, En ella Jesús nos habla y nos enseña. La Misa se llama también Sacrificio Eucarístico porque en ella se hace presente el sacrificio de Jesús en la Cruz y su Resurrección. También se denomina la Cena del Señor porque Jesús instituyó la Eucaristía en la última Cena.
10. Conocer que Jesús nos enseñó cómo debemos amarnos unos a otros y dar testimonio de Él con las palabras y con las obras, ser testigos de Él. Para hacer las obras que Jesús hizo necesitamos la fuerza del Espíritu que se nos da en los sacramentos.
11. Conocer y valorar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo. El prójimo es cualquier persona que necesita ayuda, perdón comprensión, es tu hermano. Por ello no es bueno quitar al hermano lo que no es tuyo ni mentirle. La caridad y el amor es el más excelente de los dones de Dios.
12. Orientar el sentido último de la vida como plenitud del encuentro con Dios.

Estándares de aprendizaje

1. Dibuja los relatos de la creación dejando claro que es Dios quien nos da la vida.
2. Enumera aspectos valiosos de las personas (servicio, altruismo, capacidad de inventiva…)
3. Identifica algunos hechos y palabras de Jesús que muestran el amor de Dios al hombre.
4. Reconoce las virtudes de los patriarcas y de la Virgen María.
5. Valora la confianza de María en el Señor.
6. Comprende la acción salvadora de Dios a través de los personajes bíblicos, y su plenitud en Jesucristo.
7. Comprende que el pecado rompe la relación con Dios, que Jesucristo la restablece con su muerte y resurrección, y que el amor de Dios dura para siempre.
8. Comprende y es capaz de explicar que quien une a los miembros de la Iglesia es el Espíritu Santo.
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9. Identifica en relatos vocacionales (María, Zaqueo, Pedro, Pablo) el cambio que les produjo encontrarse con Jesús.
10. Reconoce que la Iglesia es la familia de los hijos de Dios.
11. Conoce y relaciona con la vida el sacramentos de la Eucaristía.
12. Reconoce los rasgos de la nueva vida que surge por el Bautismo y se alimenta en la Eucaristía.
13. Sabe razonar con los mandamientos, séptimo y octavo, que la fe y las obras son respuestas al amor de Dios, manifestado en Jesucristo.
14. Fundamenta el sentido del mandamiento honrar a los padres como vivió Jesús en la Sagrada Familia.
15. Sabe aplicar en la relación con los amigos y la familia algunos valores generados en la persona de Jesucristo.
16. Reconoce el sentido religioso en algunas obras artísticas y gestos litúrgicos.
17. Sabe que la muerte no es el final de todo. Para el cristiano la muerte significa el encuentro definitivo con Jesucristo resucitado y vivo para siempre.

QUINTO CURSO

Contenidos

1. Estructura del fenómeno religioso.
2. Las respuestas a las preguntas sobre el mal, el dolor y la muerte.
3. La Biblia como fuente de valores para el mundo actual. La solidaridad, el compromiso con los pobres y el respeto a las convicciones religiosas.
4. El gran misterio de la salvación y redención de Jesucristo, Salvador y Redentor del pecado y de la muerte. El cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
5. La presencia de la Virgen María en el Evangelio. María signo de fe y de esperanza.
6. Jesús llama y envía a sus discípulos por todo el mundo para continuar su obra de salvación. La expansión de la Iglesia.
7. Los sacramentos para el crecimiento y propagación del Pueblo de Dios: Confirmación, Orden sacerdotal.
8. La Iglesia, nuevo Pueblo de Dios. La estructura y composición de la Iglesia un signo visible del amor del Padre. El Papa, los Obispos, los Sacerdotes, la Iglesia Universal y la Iglesia diocesana.
9. La Biblia y la promesa del Señor que ha de venir con gloria a juzgar a vivos y muertos. La Unción de los enfermos.

Criterios de evaluación

1. Reconocer que el deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios. De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de hoy los hombres han expresado su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y sus comportamientos religiosos (oraciones sacrificios, cultos). La unión íntima y vital con Dios puede ser olvidad e incluso rechazada, pero Dios no cesa de llamar a todo hombre.
2. Tomar conciencia de que el hombre se ha interrogado siempre ante las maravillas del universo y la existencia humana. Comprender la creación como obra de Dios. Toda la creación es buena porque Dios la ha hecho. El relato bíblico proclama la creación del universo entero por Dios, “el cielo y la tierra”.
3. Saber responder a algunos a las preguntas sobre el hombre y la evolución de la naturaleza. Saber que en lo íntimo del hombre vemos que se diferencia de la naturaleza: el hombre tiene espíritu, inteligencia voluntad libre, conciencia; por eso se asemeja más a Dios que al mundo creado.
4. Reconocer que el Dios que se manifiesta en la Escritura es un Dios Creador. Llamando a las cosas a la existencia hace triunfar el amor. Coloca el amor en el origen mismo del ser. Creando el mundo por su Palabra triunfó sobre los poderes del caos (Gn. 1,2). El hombre posee una dignidad y responsabilidad para colaborar con Dios en el cuidado del mundo. El amor si es creador no es un vago sentimiento.
5. Reconocer y valorar la novedad que supone la forma de comunicación divina y la gratuidad de su lenguaje basado en el amor que se expresa en la persona de Cristo en la Biblia.
6. Valorar el amor de Dios que se manifiesta en aceptar el riesgo de crear seres que le olviden y le nieguen; vencer el mal a fuerza del bien; seguir creando y recreando; asumir en su propio Hijo el sufrimiento.
7. Apreciar la acción salvadora de Jesucristo. Ha sido el que en verdad ha cambiado el rumbo de la esclavitud del mal y del pecado. Él es el Salvador. Toda la historia de la salvación, dirigida por Dios en favor de los hombres, prepara el camino para su venida. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
8. Descubrir en Jesucristo Salvador un modelo radicalmente nuevo de vida que conlleva una conversión personal.
9. Valorar la fe, el amor y la esperanza de la Virgen María. Ella es Madre de Dios porque de ella nació Jesucristo, que es verdadero Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos y es verdadero hombre nacido de María, trabajó con sus manos de hombre, inteligencia y corazón también de hombre. Verdadero Dios y verdadero Hombre. La promesa de Dios de enviar un salvador se cumple con el nacimiento de Jesús en Belén.
10. Comprender las condiciones básicas para seguir a Jesús: es responder a su llamada, fiarse de su Palabra, caminar como Él caminó para poder recibir el Reino de Dios que nos trae. Jesús dice a los que quieren seguirle: no sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto.
11. Conocer el contenido de los sacramentos profundizando en ellos como celebraciones festivas y comunitarias de la comunidad cristiana. Cristo actúa especialmente y perpetúa en la Iglesia sus actos salvadores. En la Confirmación se nos da el Espíritu de Jesús para que seamos sus testigos. Con el Orden Sacerdotal se consagran nuevos sacerdotes para el servicio de la Iglesia.
12. Conocer el sentido que Cristo da a la autoridad de la Iglesia, que se ejerce como servicio. Para implantar su reino Cristo envía a sus Apóstoles y a sus sucesores. De Él reciben el poder de obrar en su nombre. El Señor hizo a Pedro fundamento visible de su Iglesia. El Papa goza de una potestad suprema, plena y universal para cuidar las almas. Los obispos, instituidos por el Espíritu Santo suceden a los Apóstoles. Cada uno de los obispos es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares. Los obispos, ayudados por los presbíteros, sus colaboradores, y los diáconos, tienen la misión de enseñar la fe, celebrar el culto y dirigir su Iglesia.
13. Orientar el sentido último de la vida como plenitud del encuentro con Dios. El cristiano espera la segunda Venida de Jesús, al fin de los tiempos como Juez y Señor de todos los hombres.

Estándares de aprendizaje

1. Valora algunos signos y símbolos representativos del fenómeno religioso en la antigüedad.
2. Sabe que Dios es creador y lo hace por amor.
3. Comprende las principales respuestas a las preguntas sobre el mal, el dolor y la muerte, fundamentadas en la acción Salvadora de Jesucristo.
4. Sabe valorar las aportaciones en el ser humano el hecho de ser creado y amado por Dios como hijo.
5. Sabe sintetizar los puntos esenciales sobre la salvación del hombre realizada por Jesucristo.
6. Razona cómo Dios se nos da a través de los sacramentos.
7. Sabe situar en textos evangélicos el origen de la Iglesia y su finalidad de salvación.
8. Valora la misión de los miembros de la Iglesia, su fe y su entrega como continuidad de la misión de Jesucristo.
9. Comprende el servicio eclesial que los apóstoles y sus sucesores prestan al pueblo de Dios.
10. Sitúa y valora la presencia de la Virgen María en los momentos culminantes de la vida de Cristo, reconociendo que ocupa un lugar especial en la salvación.
11. Identifica y valora algunas instituciones de la Iglesia dedicadas a la ayuda a los demás.
12. Sabe que la Iglesia nos sirve en el caminar hacia el cielo.

SEXTO CURSO

Contenidos

1. El concepto de Dios y del hombre. Origen y destino del hombre. El hombre puede conocer a Dios. Las grandes religiones monoteista.
2. Las respuestas a las preguntas más radicales en los textos bíblicos.
3. La dignidad del ser humano creado por Dios Padre. La fundamentación legal y cristiana de los derechos humanos.
4. El hombre creado libre y bueno. El hombre utilizó mal su libertad y pecó.
5. Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
6. El gran misterio de la salvación y redención de Jesucristo, Salvador y Redentor del pecado y de la muerte. El perdón y la redención.
7. La presencia de la Virgen María en el Evangelio. María ejemplo de fe, de humildad, de amor y de esperanza.
8. Jesús llama y envía a sus discípulos por todo el mundo para continuar su obra de salvación. La venida y presencia del Espíritu Santo. La expansión de la Iglesia.
9. Los sacramentos para el crecimiento y propagación del Pueblo de Dios: el Matrimonio.
10. El amor a los padres. Valores y virtudes que acompañan al hombre nuevo nacido por el bautismo y la gracia del Espíritu.
11. La Iglesia, nuevo Pueblo de Dios.
12. La Biblia y la promesa del Señor que ha de venir con gloria a juzgar a vivos y muertos. La Unción de los enfermos.

Criterios de evaluación

1. Reconocer que el ser humano puede conocer a Dios, en las obras de la creación, en acontecimientos de la vida humana, en el anhelo de felicidad y en la voz de la conciencia.
2. Responder sobre las teorías de la evolución de la naturaleza. En lo íntimo del hombre vemos que se diferencia de la naturaleza: el hombre tiene espíritu, inteligencia, voluntad libre, conciencia; por eso se asemeja más a Dios que al mundo creado.
3. Analizar que el hombre está con frecuencia confuso ante la realidad del mal, del dolor y de la muerte. La raíz no está en Dios sino en el hombre mismo que lo desfigura.
4. Tomar conciencia de que el hombre se ha interrogado siempre ante las maravillas del universo y la existencia humana. Comprender la creación como obra de Dios. Toda la creación es buena porque Dios la ha hecho. El relato bíblico proclama la creación del universo entero por Dios, “el cielo y la tierra”.
5. Razonar sobre la dignidad de la persona humana que está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios. Dotada de un alma espiritual e inmortal, la persona humana es la única criatura en la tierra a la que <Dios ha amado por sí misma. Participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y el bien. El ejercicio de la vida moral proclama la dignidad de la persona humana.
6. Conocer a Jesús verdadero hombre y verdadero Dios: Él se hizo hombre sin dejar de ser verdadero Dios. Él es verdaderamente el Hijo de Dios que se hace hombre sin dejar de ser Dios. El Hijo de Dios trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, amó con corazón de hombre. “Tu Cristo Dios, sin sufrir cambio te hiciste hombre y, en la cruz, con tu muerte venciste la muerte”.
7. Valorar que Jesús, nuestro maestro, que Dios Padre, sin merecerlo, nos ha hecho sus hijos haciéndonos semejantes a Jesús por el Bautismo. Jesús es quien nos ha mostrado el verdadero rostro de Dios.
8. Saber que el hombre tentado por el diablo quiso ser como Dios. Quiso decidir él solo lo que le conducía al bien o al mal, no quiso aceptar que era criatura. Dios lo creó libre capaz de obrar según la voluntad de Dios y también capaz de desobedecer a Dios. El pecado es una ofensa a Dios, una ruptura con Dios y con los demás y consigo mismo.
9. Valorar el amor de Dios que se manifiesta en aceptar el riesgo de crear seres que le olviden y le nieguen; vencer el mal a fuerza del bien; seguir creando y recreando; asumir en su propio Hijo el sufrimiento.
10. Apreciar la acción salvadora de Jesucristo. Todos los hombres podemos ser libres del mal, del pecado y de la muerte. Tanto amó Dios al mundo que, a pesar de los pecados e infidelidades de los hombres, nos envió a su Hijo para que fuese el salvador de los hombres.
11. Descubrir en Jesucristo Salvador un modelo radicalmente nuevo de vida que conlleva una conversión personal.
12. Valorar la fe, el amor y la esperanza de la Virgen María. Ella es Madre de Dios porque de ella nació Jesucristo, que es verdadero Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos y es verdadero hombre nacido de María, trabajó con sus manos de hombre, inteligencia y corazón también de hombre. Verdadero Dios y verdadero Hombre. La promesa de Dios de enviar un salvador se cumple con el nacimiento de Jesús en Belén.
13. Descubrir como el amor a los padres se traduce en entrega y sacrificio a favor de los hijos. Es un mandamiento de la ley de Dios. La familia es el lugar donde el hombre se hace hombre de verdad porque es un ámbito de amor. Cuando en la familia se vive con amor se refleja el gran cariño que Dios, Padre providente, tiene hacia todos los hombres.
14. Conocer el contenido de los sacramentos profundizando en ellos como celebraciones festivas y comunitarias de la comunidad cristiana. Cristo actúa especialmente y perpetúa en la Iglesia sus actos salvadores. En el matrimonio Jesús santifica la unión del hombre y la mujer para vivir el amor.
15. Conocer y comprender la síntesis básica del mensaje cristiano en los elementos básicos que constituyen el credo de la Iglesia católica.
16. Valorar el sacramento de la Unción de los enfermos. Con esta sagrada unción y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve.
17. Orientar el sentido último de la vida como plenitud del encuentro con Dios. Cristo Señor de la historia, principio y fin de todas las cosas presentará al Padre un mundo nuevo con la totalidad de los que se salvan. (1Cor 2,9).

Estándares de aprendizaje

1. Relaciona y distingue las grandes religiones vigentes.
2. Comprende las principales respuestas a las preguntas sobre el sentido último de la vida, fundamentadas en la acción Salvadora de Jesucristo.
3. Sabe y valora su dignidad a partir de la creación a imagen de Dios.
4. Valora la fraternidad fundamentada en Dios Padre.
5. Sabe que Jesús nos ha mostrado el verdadero rostro de Dios.
6. Sabe reconocer la nueva vida que Jesucristo nos entrega
7. Valora que al recibir el Bautismo nos hacemos hijos adoptivos de Dios.
8. Reconoce la salvación y redención que nos ha dado Jesucristo por su muerte y su resurrección.
9. Sabe situar en textos evangélicos el origen de la Iglesia y su finalidad de salvación.
10. Sitúa y valora la presencia de la Virgen María en los momentos culminantes de la vida de Cristo, reconociendo que ocupa un lugar especial en la salvación.
11. Valora el sacramento del matrimonio y el amor de la familia donde el padre y la madre dan su vida por sus hijos.
12. Sabe dar razones del valor de la libertad y la responsabilidad de los propios actos a la luz del Evangelio, y saber aplicar el cuarto mandamiento sabiendo que en la familia se vive con amor y se refleja el gran cariño que Dios, Padre providente, tiene hacia todos los hombres.
13. Identifica y valora algunas instituciones de la Iglesia dedicadas a la ayuda a los demás.
14. Señala y respeta los valores de las distintas religiones.
15. Identifica los elementos básicos de la síntesis de la religión católica.
16. Sabe valorar la Unción a los enfermos y la oración de los presbíteros.

METODOLOGÍA DIDÁCTICA

En lo que se refiere a la Educación Primaria -etapa en la que el niño comienza a tener conciencia refleja de sus propias acciones percibiéndose cada vez más como individuo-, el alumno se enfrenta por primera vez a la urgente necesidad de realizar el descubrimiento de su propia identidad. Este proceso está muy condicionado por los modelos culturales que los adultos encarnan, modelos que influyen en la vida cotidiana de los niños, en sus juegos y en sus acciones creativas.
Precisamente una de las funciones de la enseñanza escolar católica en esta etapa es la presentación de los modelos cristianos de identificación. Éstos se encuentran en las figuras bíblicas más destacadas de la historia de la salvación, en las acciones y vivencias de la comunidad cristiana y sobre todo en la persona, vida y palabra de Jesucristo.
Su inseguridad, propia de una edad temprana, está demandando modelos de vida auténticos en el proceso de maduración de su personalidad. La enseñanza religiosa católica va a insistir en la propuesta explícita de la persona de Jesucristo, los principios que de Él dimanan, los valores que genera y las actitudes que brotan a fin de que los alumnos reflexionen seriamente acerca de la conducta personal y social.
Como en todas las áreas y asignaturas, el currículo de la religión y moral católica es el instrumento básico e imprescindible para el desarrollo de la propia materia. No es un catálogo de enunciados sobre el temario de la asignatura, pues en él se han vertido finalidades, dimensiones, competencias, objetivos, contenidos conceptuales, procedimientos, criterios de evaluación e indicadores de una primera metodología en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es importante que los profesores conozcan, comprendan y valoren el currículo de su propia materia y sus posibilidades de utilización a la hora de elaborar los proyectos curriculares de etapa, las programaciones anuales y en el trabajo de adecuación de las mismas unidades didácticas a las peculiaridades de sus alumnos, independientemente de los libros de texto que utilicen.
El docente es una de las partes responsables del acto didáctico. A él corresponde organizar la didáctica, estimular la comunicación, el diálogo, valorar el proceso, motivar… El profesor es un educador. Su capacidad de planificar el proceso de enseñanza es fundamental para que dicho proceso sea eficaz.
El gran reto del profesor es seleccionar aquellas actividades y recursos que hagan posible una metodología adecuada, para conocer, comprender y aplicar el aspecto concreto del contenido que facilite al alumno la adquisición de las competencias presentes en el currículo.
Los medios demandan determinadas actividades. No se pueden aplicar actividades indiscriminadamente; la pregunta para seleccionar las más adecuadas es: ¿qué pretendemos con esta actividad? ¿qué aporta a la adquisición de la competencia correspondiente? ¿qué objetivo queremos lograr? ¿qué conocimiento se procura que adquiera el alumno? Las actividades que se propongan sin referencias ni encaje con los elementos del currículo desvían la orientación y el sentido de la formación religiosa católica.

LA PEDAGOGÍA DE DIOS

La expresión “pedagogía de Dios” se refiere de manera específica a la forma de proceder de Dios para con las criaturas, su estilo educativo. Tiene unas características propias e irrenunciables, que permanecen a lo largo de la historia; no es un método, o un conjunto de normas y actividades, sino una forma de relación con el hombre, de “educación” en el sentido etimológico del término, que acompaña al ser humano en su proceso de crecimiento personal (educare) ayudándole a extraer lo mejor de sí (ex-ducere).
En su actuar, Dios toma la iniciativa, en cuanto que siempre se acerca como una oferta de amor para el hombre. Así nos lo muestra Jesucristo cuando se dirige a las personas eligiendo aquellas imágenes y parábolas que puede comprender el labrador, el pescador, el centurión… No quiere enseñar la cultura del entorno, sino que se sirve de ella para presentarse a sí mismo y transmitir su mensaje.
Afirmar que la forma de actuar de Dios con sus criaturas es referencia, modelo y fuente significa que la pedagogía de Dios va a iluminar todo el currículo a la hora de actuar en el aula, lo que ha de reflejarse en los objetivos, contenidos y criterios de evaluación, así como en los métodos y actividades que utilicemos.
Los discípulos tuvieron la experiencia directa de los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignándolos después en los evangelios: la acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como persona amada y buscada por Dios; el anuncio genuino del Reino de Dios como buena noticia de la verdad y la misericordia del Padre; un estilo de amor que libera del mal y promueve la vida. Cristo les enseña la pedagogía de la fe en la medida en que comparten plenamente su misión y su destino.
Los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignados en los evangelios, marcan un estilo característico de proceder para el profesor cristiano. El más significativo es la propuesta de una relación interpersonal entre Dios, que busca al hombre, y el hombre, que busca el sentido de su vida.
Cada encuentro de Jesús posee una peculiaridad especial y una novedad: Zaqueo, Nicodemo, la samaritana… cada una de las personas recibe un trato personal y un toque singular de la presencia de Dios.
El análisis y la reflexión acerca de los episodios de encuentros narrados en los Evangelios son un instrumento muy útil para el profesor de Religión Católica. Esta convocatoria al encuentro sugiere, entre otras, los siguientes valores para el educador cristiano:
La acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como persona amada y buscada por Dios, es una característica singular que no debe pasarnos desapercibida en el acto docente. El respeto, reconociendo que trabajamos con personas que son hijos de Dios, a las que debemos el mismo trato que Él tiene con sus criaturas. La actitud de servicio que lleva al educador a poner sus conocimientos, sus cualidades y su propia persona al servicio de los alumnos que le son confiados; es un servicio a la persona integral. La condescendencia, realidad de la que manan numerosas actitudes educativas: compasión, cercanía, comprensión, adaptación a la realidad del alumno, ponerse a su nivel para elevarle, valorarle, apreciarle, acompañarle, etc.
Es característica de la pedagogía de Jesús el empleo de todos los recursos propios de la comunicación interpersonal, como la palabra, el silencio, la metáfora, la imagen, el ejemplo, y otros tantos signos. Esto supone también una invitación a buscar los recursos que en la actualidad sean más adecuados para la transmisión real de su mensaje.
La escuela, en la situación actual, no puede renunciar a su condición de ser un lugar señalado para la formación integral del hombre, mediante la asimilación sistemática y crítica del universo cultural: hechos, saberes, valores, sentido de la vida humana, posibilidades éticas, formas de interpretación creadora de la realidad, esperanzas, capacidades de autoidentificación, de discernimiento, de distanciamiento crítico respecto a lo dado y establecido. El objetivo irrenunciable de la institución escolar –formar el hombre desde dentro, liberarlo de todo lo que le impide y vivir plenamente como persona–, lleva consigo su efectiva referencia a una determinada visión del hombre y a su sentido último, para afirmarlo, negarlo o prescindir de él.

Madrid 30 de diciembre de 2013

CURRÍCULO DE RELIGIÓN
Y MORAL CATÓLICA.
EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

Introducción

La formación religiosa y moral católica cuenta con una larga tradición en el sistema educativo español y, respondiendo a razones profundas de la institución escolar y a derechos humanos reconocidos por la Constitución española, está garantizada por el Acuerdo suscrito entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, firmado el 3 de enero de 1979, en el cual se establecen los principios que hacen posible las garantías constitucionales.
La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, 8/2013 de 9 de diciembre, confiere a la enseñanza de las religiones el tratamiento académico, en Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato, que les corresponde por su importancia para el logro de la educación integral del alumno, conforme a lo previsto en la Constitución Española (art. 27.2 y 3) y en los acuerdos suscritos por el Estado español.
La Disposición Adicional Segunda responde al derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos, según sus convicciones, estableciendo que la religión católica se incluirá como área o materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos. Así mismo, en el apartado de dicha Disposición Adicional 2ª se establece que, en cuanto a su presencia curricular y condiciones académicas, corresponde a la Jerarquía eclesiástica determinar el currículo propio de la enseñanza religiosa católica.
La enseñanza religiosa contribuye a la calidad de la educación que preconiza la LOMCE con el desarrollo del currículo propio. El currículo de la enseñanza de la religión católica constituye una síntesis básica y global del mensaje cristiano, adecuada a la edad del alumno, a las exigencias epistemológicas de la materia, a las expresiones culturales del entorno y a las demandas didácticas del sistema educativo.
La síntesis del mensaje cristiano, que se presenta en el currículo, fundamenta y motiva los valores y actitudes básicos y favorece los hábitos de comportamiento. Con todo, se pretende que el alumno adquiera las competencias adecuadas a su edad y en el tiempo de cada etapa.
No podría existir una formación integral y, por tanto, una educación de calidad, si no se desarrollasen todas las capacidades inherentes al ser humano, entre las cuales se encuentra constitutivamente la capacidad transcendente. Esta capacidad básica del individuo, adquiere su auténtico cumplimiento en la búsqueda del sentido último de la vida.
Enraizada en lo más profundo del ser, el alumno va descubriéndola -teniendo en cuenta los niveles de aprendizaje propios de cada edad- en los símbolos y signos de su entorno, en el progreso y humanización del propio ser humano, en el lenguaje narrativo de la Biblia, en los modelos cristianos de identificación y, particularmente, en la persona de Jesucristo y su presencia en la comunidad cristiana.
Contribución del área de religión católica al desarrollo de las competencias básicas
La religión y moral católica aporta a la competencia cultural y artística, una valoración crítica de la cultura a la luz del evangelio, motivando al mismo tiempo el aprecio de la propia cultura y la estima adecuada de otras tradiciones culturales y religiosas.
La cultura y la historia europea occidental, y la propia historia y cultura española, no pueden ser comprendidas y asumidas si se prescinde del hecho religioso presente siempre en la historia cultural de los pueblos.
Con relación a la competencia social y cívica, la enseñanza religiosa católica aporta la fundamentación y jerarquización de los valores y virtudes que contribuyen a educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la corresponsabilidad, el ejercicio de la solidaridad, de la libertad, de la justicia y de la caridad. Todo ello, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
Ello conlleva mejorar las relaciones interpersonales basadas en principios y valores que emanan de la persona de Cristo y ayuda, en consecuencia, a afrontar las situaciones de conflicto mediante el diálogo, el perdón y la misericordia, valores genuinamente cristianos. En lo más profundo del ser cristiano surge el gran valor de la fraternidad universal. De ahí que las mínimas exigencias éticas de convivencia, participación, respeto a la diversidad sean consecuencias de la fe cristiana.
La enseñanza religiosa católica aporta elementos básicos en cuanto al logro de la competencia en comunicación lingüística pues se sirve del lenguaje académico, de los lenguajes que conforman la cultura que se trasmite en el área de religión, así como de los lenguajes de la propia enseñanza religiosa.
El diálogo de la fe con la cultura contribuye a la competencia en comunicación lingüística, en la medida en que exige ejercitarse en la escucha de la palabra de Dios,
en los diversos modos de comunicación que la acción de Dios sobre el hombre ha utilizado. Su revelación es rica en distintos lenguajes. Así, el lenguaje bíblico y su riqueza de expresión y simbología, el lenguaje doctrinal y su precisión conceptual, analítica y argumental, el lenguaje litúrgico y su cercanía al lenguaje de los símbolos del pueblo cristiano, el lenguaje, en fin, testimonial que hace posible la transmisión vital de lo conocido.
La competencia para la autonomía e iniciativa personal no podrá realizarse en el alumno si no comienza ya a adiestrarse en el conocimiento de sí mismo, en su ser más profundo, en sus potencialidades, en su dignidad y en su sentido. La formación religiosa católica aporta a dicha competencia una cosmovisión que da sentido a la vida y, por tanto, al sentido de la cultura y de la identidad misma de la persona humana. Una cosmovisión que hace posible la formación integral del alumno frente a visiones parciales y determinantes de la libertad propia.
En síntesis, la enseñanza religiosa católica no se reduce a una enseñanza de valores; se dirige a la persona concreta en sus raíces, en sus posibilidades humanas y, sobre todo, se dirige al ser humano en su finalidad trascendente. Todo ello conlleva el ofrecimiento del Evangelio de salvación de Jesucristo, para que, una vez conocido, surja la humanidad nueva hecha de hombres nuevos conforme al designio de Dios.
La enseñanza religiosa contribuye positivamente al desarrollo de la competencia de aprender a aprender en el estudio y reflexión del Mensaje cristiano facilitando el impulso del trabajo en equipo por su intrínseco sentido comunitario, proponiendo no sólo una propuesta consensuada de valores y actitudes, sino un marco de referencia aceptado voluntariamente según sus convicciones, que ha de ser crisol en la búsqueda de la verdad y del bien.

Las competencias específicas en el área de religión y moral católica

La enseñanza religiosa católica se estructura a partir de cuatro dimensiones que fundamentan las competencias específicas de la enseñanza religiosa católica: La dimensión cultural e histórica, la dimensión humanizadora, la dimensión ético-moral y la dimensión epistemológica. Estas dimensiones aportan, a su vez, elementos con referencia a las competencias básicas, ya analizadas, y orientan y clarifican las competencias y capacidades específicas del área de religión católica.
La dimensión cultural e histórica está presente en la enseñanza religiosa, dado que el patrimonio cultural, histórico y antropológico-axiológico que gran parte de las sociedades reciben del pasado está vertebrado por contenidos religiosos. En este sentido, la Religión católica ha dado sus frutos en el arte, en los sistemas de significación moral, en la creación popular y en la acción social.
El alumno no sólo va a conocer, sino que podrá comprender y asumir los valores que conlleva el conocimiento del hecho religioso en su expresión artística, cultural y estética, teológica y vivencial.
La dimensión ético-moral explicita las exigencias morales que conlleva el mensaje cristiano. En la religión católica se ofrece una determinada manera de ver la vida, en cuya base se encuentra un concepto de hombre, un núcleo referencial de ideas y creencias, y la propuesta de una escala de principios y valores. La enseñanza religiosa católica expone, fundamenta y jerarquiza los valores y virtudes capaces de educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la responsabilidad, el ejercicio de la solidaridad y de la caridad. Todo ello, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
Con ello estamos fundamentando uno de los valores básicos, su dignidad como ser humano, como hijo de Dios. El sistema educativo no puede tener como objetivo reproducir sin más el modelo de sociedad existente. Habrá de disponer a sus alumnos para que puedan abordar críticamente esa sociedad e intervenir en ella para cambiarla o modificarla.
Para ello, la dimensión humanizadora en la enseñanza religiosa católica faculta al alumno para dar respuesta a sus interrogantes más radicales, haciendo posible, a su vez, la formación de hombres y mujeres conscientes, críticos, libres y creadores.
El alumno necesita, ya en estas edades, especialmente motivaciones para amar, para construir la personalidad más humana, para ilusionarse en proyectos de vida altruista y desinteresada. El testimonio de hombres y mujeres santos en toda la historia constituye un referente continuo para la autoasimilación de los valores más genuinamente cristianos.

La dimensión epistemológica se presenta en el ámbito escolar, en su estructura disciplinar, con el carácter científico con el que se abordan las ciencias de la religión y la teología. Sus contenidos son saberes con una fundamentación y una metodología científica propia, implantados con rigor y tradición en nuestro entorno cultural. Su estatuto epistemológico original entra en el ámbito educativo en confrontación y diálogo con aquellos otros tipos de saberes y racionalidad que operan en la escuela.
La síntesis teológica es una dimensión básica y, a su vez, el objetivo general que irá desarrollándose y aplicándose en cada una de las etapas y cursos con referencia a cada uno de los núcleos temáticos que conforman la síntesis teológica: El fenómeno religioso, la cultura y la historia de la religión, la Biblia, Dios Padre, Jesucristo, El Espíritu Santo, la Iglesia, los sacramentos, la liturgia, la vida cristiana, la moral y los valores, la Virgen María, la escatología.
A partir de éstas dimensiones concretamos y desarrollamos las competencias específicas de la materia de religión y moral católica, la competencia cultural e histórica, la competencia humanizadora, la competencia ético-moral, la competencia epistemológica y la competencia de sentido trascendente, contribuyendo, a su vez, a las competencias básicas comunes a todas las materias del currículo de los alumnos.
Conforme a las competencias establecidas en el citado Acuerdo internacional y reconocidas en la Disposición Adicional Segunda de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, corresponde a la Conferencia Episcopal Española fijar el currículo del área de Religión y Moral Católica.

Objetivos

Al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria se pretende que el alumno/a haya desarrollado los siguientes objetivos y capacidades:
1. Conocer de manera básica los elementos del fenómeno religioso. Identificar la estructura común en las religiones de mayor vigencia.
(Competencia cultural e histórica, Social y cívica, competencia humanizadora)
2. Conocer el significado de los signos y símbolos religiosos más relevantes, con especial atención a los sacramentos y a las prácticas religiosas más extendidas en su entorno.
(Competencia cultural e histórica, competencia social y cívica, aprender a aprender)
3. Conocer la Biblia, en su origen, estructura, finalidad e interpretación como expresión del amor de Dios y como expresión de la revelación de Dios Padre a los hombres.
(Competencia epistemológica, Competencia cultural e histórica,
Comunicación lingüística)
4. Comprender los contenidos del mensaje cristiano que fundamentan la concepción del ser humano como un ser creado por Dios y destinado a ser hijo suyo.
( Competencia humanizadora, Competencia cultural e histórica, Iniciativa personal)
5. Identificar a Jesucristo como Hijo de Dios y salvador de los hombres. Conocer y valorar su misión, su mensaje, su vida y su presencia permanente en la Iglesia por el Espíritu Santo. (Competencia epistemológica, Competencia humanizadora, Competencia para la síntesis teológica)
6. Comprender y valorar el sentido y finalidad de la Iglesia como institución al servicio de la humanización y salvación que Cristo ofrece al ser humano.
(Competencia humanizadora, Competencia sobre la cosmovisión cristiana, sentido y tracendencia)
7. Conocer y apreciar los valores y virtudes generados en el mensaje y acontecimiento cristiano, que se realiza en la Iglesia.
(Competencia humanizadora, Competencia ético-moral, aprender a aprender)
8. Comprender y distinguir la acción salvadora de Cristo y el carácter celebrativo de cada uno de los sacramentos.
(Competencia epistemológica, Competencia para una síntesis teológica, Competencia de sentido y trascendencia)
9. Reconocer los fundamentos racionales y revelados que justifican la enseñanza moral de la Iglesia católica, y orientan la relación del hombre con Dios, consigo mismo y con los otros. (Competencia humanizadora, Competencia ético moral, sentido y trascendencia)
10. Fundamentar el hondo significado cristiano de la tolerancia, participación, responsabilidad y solidaridad en la doctrina cristiana, aplicándolos a situaciones sociales habituales: trabajo, ocio, juego, familia, amigos...
(Competencia humanizadora, competencia ético moral, Competencia lingüística)
11. Descubrir los valores, testimonios de los santos y el servicio de la Iglesia en los hitos más importantes de la historia. (Competencia par la iniciativa personal, social y cívica,
Competencia lingüística)
12. Identificar los textos fundamentales de la fe católica que constituyen el núcleo del mensaje cristiano.
(Competencia para una síntesis teológica, Competencia sobre cosmovisión cristiana, Aprender a aprender)

PRIMER CURSO

Contenidos

1. El ser humano primitivo frente al medio, la muerte y el más allá. El sentido de los cultos funerarios y los ritos sacrificiales. Las respuestas de sentido en el hombre primitivo como signo de religiosidad.
2. El proyecto de Dios para el ser humano creado por Él. El misterio del ser humano. El hombre hijo de Dios.
3. El Dios cristiano que se descubre en la Biblia. Dios Padre creador, misericordioso y providente.
4. El hombre se separa de Dios: el pecado, el dolor y la muerte. Dios ofrece al hombre una nueva vida: Jesucristo
5. La acción salvadora de Jesucristo, Dios y hombre verdadero. La salvación y la redención de Jesucristo.
6. La misión de Jesús: El camino hacia el Padre, el anuncio del Reino, la vida eterna.
7. Las Bienaventuranzas, anuncio gozoso de Dios y su reinado.
8. La dimensión moral de la persona. La conciencia moral. La relación con Dios y con los hermanos. Libertad y búsqueda voluntaria del bien.
9. La dignidad de la persona. La persona humana principal preocupación de la Iglesia. La moral del amor. Compartir y amar a los pobres.
10. Los principios que fundamentan la moralidad de los actos en el Cristianismo.
11. La finalidad y sentido de los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía. Relaciones entre estos sacramentos y la vida humana.
12. La liturgia de la Iglesia como expresión de la relación de Dios con los hombres y de los hombres con Él. El valor de la oración.
13. La Virgen María y su esposo S. José, modelos para el creyente.

Criterios de evaluación

1. Tomar conciencia de que el hombre se ha interrogado siempre ante las maravillas del universo y la existencia humana. La Biblia da respuestas a estos interrogantes. Se descubre en la creación el amor de Dios a los hombres.
2. Reconocer el ansia profunda de infinito que aparece en el ser humano. Descubrimiento del anhelo de Dios y el sentido de la vida eterna.
3. Conocer que el Dios que nos manifiesta la Biblia es un Dios Creador, amigo de la vida; un Dios-Amor que llama a los hombres a dar la vida y la existencia por Amor.
4. Percibir que el mal moral desde los orígenes hasta el presente altera la obra creadora estableciéndose una ruptura con Dios con los demás y consigo mismo. El mal está en nosotros y la revelación divina nos permite discernirlo.
5. Reconocer en Jesucristo Salvador el modelo de hombre nuevo propuesto a todos los cristianos como referencia de persona. El hombre nuevo nace del Espíritu, escucha la Palabra de Dios, vive en comunidad con los hermanos y celebra la presencia del Espíritu en los sacramentos.
6. Detectar los valores y antivalores presentes en la sociedad. Una visión de conjunto sobre los valores evangélicos constituyen los rasgos del hombre nuevo. Las bienaventuranzas son el código de conducta del cristiano que sigue a Jesús.
7. Conocer que el mensaje de Jesús sobre el Reino anuncia un Reino que ha comenzado ya en su propia persona. Las parábolas expresan el significado del Reino como buena noticia. Descubrir cómo los milagros son signos de la presencia del Reino de Dios.
8. Detectar a la luz de la pasión, muerte y resurrección el sentido del dolor, el sufrimiento y el amor de Dios. La crucifixión es la misteriosa elevación de Jesús que salva a cuantos creen en Él. No fue un gran profeta; es nuestro Salvador. Hemos sido redimidos por la muerte de Jesús: “Donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida”.
9. Desarrollar la acción humanizadora para vivir desde la propia identidad estando junto a los otros desde la fraternidad cristiana y el amor y la misericordia del Padre Dios. Descubrimiento de la dignidad del hombre en un origen común.
10. Reconocer el fundamento y la jerarquización de los valores y virtudes cristianas, desarrollando la dimensión moral y social de la personalidad del alumno.
11. Situar la moral cristiana. Está basada en el amor, es fruto del Espíritu. El evangelio que Él anuncia es la buena noticia del amor, que garantiza plenamente la dignidad de las personas y su libertad.
12. Analizar el sentido que tiene para el cristiano la relación con Dios, su Padre y Señor de su vida. El cristiano se reúne en nombre del Padre, lo celebra y lo invoca, especialmente en el Domingo. En este día los fieles deben reunirse a fin de que escuchando la Palabra y participando en la Eucaristía celebren el memorial de la muerte y resurrección del Señor. La oración es expresión del reconocimiento de Dios en el centro de la vida humana. En la liturgia de la Iglesia se expresa la relación de Dios con los hombres y de los hombres con Él.
13. Relacionar y aplicar los sacramentos y la vida humana. La Iglesia es signo permanente y eficaz de la presencia de Dios. La sacramentalidad de la Iglesia se concreta en siete sacramentos por los que Cristo actúa, habla y realiza hoy los mismos gestos de salvación que hizo en su vida terrena. En los sacramentos el creyente se encuentra con Cristo en los grandes momentos de su vida de fe.
14. Resaltar la importancia del bautismo. Ser bautizado significa nacer a la fe, renacer del agua y del Espíritu, llegar a ser hombre nuevo. Por el bautismo somos engendrados como hijos de Dios e incorporados a la Iglesia. Por el bautismo el creyente es purificado de sus pecados.
15. Reconocer los distintos aspectos del sacramento de la confirmación y su conexión con el bautismo y la eucaristía. La confirmación significa crecer en la fe para poder ser testigo de ella recibiendo el don del Espíritu. El confirmado pasa a ser enviado para participar en la evangelización de los hombres.
16. Tomar conciencia de lo que supone la comunión y la fiesta en el contexto social. La Eucaristía, es alimento y banquete es signo de amor y de unidad. Jesucristo inaugura la nueva Pascua con la Institución del sacrificio eucarístico, memorial de su pasión y su muerte, para redención de los hombres. En ella participamos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Él es el centro, la fuente y el alimento para una vida cristiana auténtica.
17. Valorar como la Virgen María mantuvo fielmente su unión con el Hijo hasta la cruz, sufriendo profundamente con su Unigénito y asociándose con entrañas de madre a su sacrificio, consintiendo amorosamente en la inmolación de la víctima que ella misma había engendrado; fue dada por el mismo Cristo agonizante en la cruz como Madre al discípulo.
18. Reconocer al varón justo, S. José. El evangelio encierra su santidad en una palabra: era justo, es decir, era puro, casto, rico en virtudes, recto, en el justo equilibrio entre lo humano y lo divino. Como la Virgen, se adhirió a Cristo con fe. En Dios amó al prójimo y en Cristo a todos los futuros redimidos. La Sagrada Familia contenía en germen los principios de la Iglesia naciente.

Estándares de aprendizaje

1. Sabe relacionar y distinguir entre los relatos míticos de la antigüedad y la Revelación de Dios en el Cristianismo.
2. Sabe situar en la Biblia las respuesta a la preguntas sobre la vida. La ciencia y la fe se relacionan pero conservando cada una su autonomía.
3. Razona los fundamentos de la concepción del hombre en el cristianismo, y sus consecuencias en la fundamentación de sus derechos y deberes.
4. Sabe explicar el origen y sentido del mundo y de la vida, como fruto del designio amoroso, misericordioso y providente de Dios Padre.
5. Sabe en qué sentido el hombre es imagen de Dios.
6. Valora la encarnación de Jesucristo como Dios y hombre.
7. Sabe relacionar a Jesucristo con las expectativas salvadoras del Antiguo Testamento.
8. Sabe razonar el sentido de la salvación del pecado y de la muerte que Jesucristo otorga al creyente.
9. Reconoce el mensaje del Reino de Dios en las bienaventuranzas como proyecto de vida del cristiano que se identifica con Jesucristo.
10. Sabe sintetizar, desde las bienaventuranzas, un código de conducta del cristiano.
11. Sabe descubrir los valores que surgen de las parábolas del Reino.
12. Distingue el sentido y significado de algunos nombres de Cristo en el Nuevo Testamento: Hijo de Dios, Mesías, Señor.
13. Razona los principios y valores que fundamentan la moral cristiana, aplicándolos especialmente a la problemática actual sobre la vida.
14. Sabe fundamentar los valores y virtudes que van conformando la personalidad.
15. Sabe establecer relaciones entre la vida humana y los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía.
16. Facilita su comprensión desde la fe y la aplicación de los gestos y acciones de la vida diaria a los sacramentos.
17. Valora la liturgia comunitaria y festiva en la que se reciben los sacramentos.
18. Valora y le da importancia a los contenidos del bautismo y su alcance en la vida cristiana.
19. Valora a María por la fe, el amor y la entrega a su Hijo Jesús. Sabe razonar las grandes virtudes de S. José.

SEGUNDO CURSO

Contenidos

1. Elementos que constituyen el fenómeno religioso y su lenguaje. La búsqueda de Dios y la expresión religiosa y cultural de las religiones más vigentes.
2. Las respuesta cristianas a las grandes preguntas del hombre donde se enraíza lo religioso. El sentido de la trascendencia. El sentido de la vida
3. Consecuencias de la ruptura del hombre con Dios. El mal y el pecado.
4. El misterio de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Mediador nuestro. La Encarnación, Muerte y Resurrección de Jesús el Salvador.
5. Jesucristo revela al hombre su origen, su condición y su destino como hijo de Dios, ofreciendo un modelo nuevo para la vida del hombre.
6. La santidad como meta de todo cristiano. La fe y el seguimiento de Jesucristo a la luz de la Palabra.
7. Concepción cristiana de la vida. Ordenación de la actividad humana al bien de la creación.
8. La confesión de fe vivida en las primeras comunidades cristianas una necesidad de su experiencia eclesial.
9. El misterio de la presencia viva de Dios en la Iglesia, sacramento universal de salvación. La Iglesia continúa la obra de Jesucristo, animada por el Espíritu Santo. El sacramento de la Penitencia.
10. Los mandamientos, la alianza de Dios con el hombre. Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, un distintivo en la moral del cristiano.
11. La moral cristiana una búsqueda de la verdad y la autenticidad personal. La veracidad y los medios de comunicación.
12. La moral de la vida humana y problemática actual: manipulación genética, aborto,
eutanasia, pena de muerte, drogas y alcoholismo.
13. La sexualidad, su sentido y finalidad básica en el proyecto de Dios creador. Valor integrador de la sexualidad como don de Dios. Respeto y valoración de ambos sexos.
14. El sacramento del Matrimonio como un servicio a la humanidad. La moral del sacramento. Responsabilidad educativa de la familia. El divorcio y su problemática.
15. María en el Misterio de Cristo, su amor, su fe y su esperanza. Modelo de creyente.
16. El destino último del hombre y la civilización del amor: Dios promete un cielo nuevo y una tierra nueva.

Criterios de evaluación

1. Conocer y apreciar la importancia de las religiones como son, budismo, Islam, Judaísmo. La acción salvadora de Dios también se manifiesta en algunos rasgos de las religiones.
2. Identificar textos, representaciones pictóricas, símbolos, ritos que manifiesten que el hombre ha tenido y tiene una incesante búsqueda de Dios. En consecuencia, describir las preguntas fundamentales que se hace el hombre en las cuales se enraíza lo religioso y sintetizar las respuestas cristianas a esas preguntas.
3. Saber dar respuestas trascendentes a los interrogantes de sentido que surgen a la largo de la vida. Tomar conciencia de lo que significa para el hombre la búsqueda de Dios en la vida. A Dios hay que buscarlo desde el hondón de la persona, desde lo más nuclear e inconmovible, desde la experiencia de nuestra que nos hace ver la necesidad de ser salvados por Alguien.
4. Tomar conciencia de la realidad del mal en cada persona y en la sociedad y de las consecuencias que de ello se deriva, la hipocresía, la ambición, la envidia, el egoísmo… El pecado entraña una ruptura con Dios y con los demás. Jesús denuncia el pecado y descubre que el hombre solamente puede reconocerse pecador bajo la acción del Espíritu.
5. Descubrir que dar sentido a la vida nos hace ser personas nuevas en una nueva creación. Un mundo nuevo inaugurado por Jesucristo. Saber expresar que desde Jesucristo el amor es capaz de transformar nuestras vidas. Tomar conciencia de la necesidad de conversión a nivel individual y social.
6. Saber que el Hijo del Hombre ha venido a servir y en este servicio al hombre, que en el fondo es amor, el hombre recupera su verdadero rostro. La paradoja evangélica es que el hombre se humaniza sirviendo, es decir, amando. Y así cumple la voluntad de Dios, se diviniza. “Cristo manifiesta plenamente el hombre al hombre”.
7. Conocer a la luz de los primeros capítulos de los Hechos de los Apóstoles cómo viven y se organizan las comunidades apostólicas con relación a las comunidades actuales. Los cristianos en plena persecución proclaman que Jesús es el Señor y Cristo. Escuchaban la Palabra, ponían todo en común y celebraban la fracción del Pan.
8. Valorar y aplicar las exigencias morales del mensaje cristiano en cada acontecimiento de la vida. El mandamiento nuevo de Jesús completa y eleva el sentido del Decálogo. El amor a Dios y al prójimo. El respeto a la vida se extiende al modo de relacionarse con la persona y prohíbe todo atentado y daño al ser humano. Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15) el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ser respetado.
9. Conocer la importancia que tiene en el amor sexual la integración de las dimensiones física y psicoafectiva, el respeto mutuo y la proyección hacia los demás. Conocer el sentido de la virginidad y la castidad. El matrimonio cristiano es signo de la unión de Cristo con su Iglesia.
10. Reconocer el fundamento y la jerarquización de los valores y virtudes cristianas, desarrollando la dimensión moral y social de la personalidad del alumno.
11. María es el modelo de todo creyente. Es Madre de Dios y Madre e imagen de la Iglesia. En ella contemplamos, realizado ya, el proyecto de salvación de Dios. Es la “bendita entre todas las mujeres”.
12. Descubrir que sólo Dios puede juzgar de verdad y que, para el que cree, el día del juicio lo es también de salvación porque ha elegido vivir en el amor. Considerar que, aunque el plan de Dios para el mundo es que todos los hombres se salven, éstos pueden dar un no definitivo a Dios.

Estándares de aprendizaje

1. Sabe sintetizar los principales elementos que constituyen el fenómeno religioso y su expresión concreta en el Cristianismo.
2. Describe las consecuencias que supone el sentido último de la vida
3. Razona sobre la responsabilidad personal que conlleva el pecado como daño contra sí mismo, contra el prójimo y como separación de Dios.
4. Sabe explicar el sentido de la fe cristiana como identificación con Jesucristo y su realización plena en la vida eterna.
5. Sabe utilizar el mensaje de algunos textos y acontecimientos bíblicos para comprobar las manifestaciones de Dios, y razonar que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre.
6. Sabe interpretar la muerte y resurrección de Jesucristo como fuente de amor, perdón, esperanza y nuevo nacimiento para los hijos de Dios.
7. Razona sistemáticamente sobre los signos concretos de la presencia y acción de Dios en la vida de la Iglesia.
8. Ilustra con ejemplos las acciones sociales que la Iglesia realiza mediante sus instituciones.
9. Explica las razones por las que el cristiano ama y celebra el amor de Dios como raíz de su filiación y el amor al prójimo.
10. Sabe dar razones del valor de la sexualidad como don de Dios y colaboración con Él en la creación, y saber aplicar los fundamentos de la moral cristiana a la vida sexual.
11. Razona y deduce del sacramento del Matrimonio los valores de la entrega total, el compromiso, la fidelidad y el sentido de la procreación.
12. Asume el respeto que merece toda vida y el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término y su carácter inviolable.
13. Sabe identificar en algunas actitudes y situaciones concretas los hechos que van contra la verdad, la justicia y la paz.
14. Sabe valorar las virtudes de la Virgen María.
15. Conoce el sentido y el valor religioso de la liturgia como relación de Dios con sus hijos y la respuesta de éstos.
16. Explica por qué, según la fe cristiana, el Reino de Dios alcanzará su plenitud en un mundo nuevo, recreado por Dios.

TERCER CURSO

Contenidos

1. la revelación progresiva de Dios en el pueblo de Israel. Los valores vividos en el Pueblo de Israel.
2. Las fuentes cristianas de la revelación de Dios: Escritura, Tradición y Magisterio.
3. Claves para conocer e interpretar la Biblia. Los libros del Nuevo Testamento: historicidad, descripción y autores.
4. Las fuentes (judías, romanas y cristianas) sobre la vida de Jesús y su tiempo. La historicidad de los Evangelios.
5. El valor de la Iglesia como sacramento universal de salvación. Realidad visible y espiritual. La Iglesia templo del Espíritu Santo, fuerza y vida de los creyentes.
6. Jesucristo convoca y congrega a la comunidad de sus discípulos, la comunidad prepascual. La Iglesia, Misterio de comunión. Misterio de la unión de los hombres con Dios.
7. La Iglesia, unidad de los cristianos en el Cuerpo de Cristo. El valor de la fraternidad y el compartir que emergen de la Iglesia.
8. Descubrir el vínculo indisoluble entre Jesucristo y la Iglesia. Una Iglesia que cree, ora y celebra.
9. La misión de la Iglesia: catolicidad y carácter misionero. Los sacramentos de la penitencia y el Orden sacerdotal.
10. Las primeras manifestaciones de la Iglesia primitiva en los Hechos de los Apóstoles. Su implantación en los siglos II y III. La Iglesia doméstica. Primeras persecuciones.
11. El fin del paganismo y la extensión del cristianismo en el Imperio Romano. Constantino y el Edicto de Milán. San Jerónimo y San Agustín. Concilios de Éfeso y Calcedonia. Algunas desviaciones doctrinales. Diálogo fe-cultura en los primeros siglos.
12. La evangelización de Europa. El monacato: la regla benedictina. Mahoma: el mesianismo islámico y la disputa iconoclasta. La importancia del III Concilio de Toledo. San Isidoro. Carlomagno y la Europa cristiana. La religión cristiana en la España musulmana. .
13. Las peregrinaciones: el Camino de Santiago, vertebrador de Europa. Las Cruzadas. Las Órdenes militares. La reforma del monacato: Cluny y San Bernardo. El movimiento a favor de los pobres y las órdenes mendicantes: San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán. El Cisma de Occidente.
14. El arte cristiano: el Buen Pastor, las catacumbas, símbolos cristianos de las comunidades apostólicas.

Criterios de evaluación

1. Conocer los acontecimientos claves que han marcado la historia de Israel sabiendo que en medio de estos acontecimientos surge la inseguridad y la Alianza, la opresión y la liberación, la infidelidad y la nueva liberación, la presencia continua de Dios.
2. Conocer el proceso de redacción de los evangelios a partir de la vida terrena de Jesús; la primitiva comunidad expresa su experiencia; los escritores sagrados recogieron los datos de la tradición oral y escrita aportados por “testigos oculares”.
3. Conocer y valorar que la Sagrada Escritura y la Tradición constituyen la fuente por donde llega a los hombres la revelación de Dios en Cristo. La Iglesia nace y vive de la Palabra de Dios y recibe la misión de custodiarla y difundirla.
4. Reconocer que el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendada únicamente al Magisterio de la Iglesia el cual lo ejercita en el nombre de Jesucristo. Pero el magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino en su servicio.
5. Identificar la Iglesia signo visible de la presencia invisible de Jesús entre los hombres. Nos encontramos con Cristo en la Iglesia. Por la predicación de la Palabra de Dios, de la celebración de los sacramentos, y de la caridad fraterna Cristo actúa en la Iglesia y en virtud de la acción oculta del Espíritu, se comunica a los hombres. Por su unión con Cristo, mediante el Espíritu la Iglesia es sacramento universal de salvación. La Iglesia no es sólo un medio de salvación. Es la salvación misma de Cristo, es decir, forma corporal de esa salvación en cuanto se manifiesta en el mundo.
6. Saber que en la Iglesia se realiza la comunión. Comunicación con el Padre, y con los hombres nuestros hermanos, en Cristo, por el Espíritu. Este misterio de comunión se hace visible en las comunidades cristianas que se hacen testigos de la fe, la esperanza y el amor. El signo distintivo de la Iglesia es el amor que ha de conducir al cristiano a vivir la apertura a todos los hombres y a anunciar el Reino de Dios.
7. Conocer y valorar la relación de los cristianos con Cristo y de los cristianos entre sí contemplándola como el Cuerpo de Cristo. S. Pablo verá a Cristo como principio aglutinador y vivificador de los que han acogido con fe la predicación apostólica: “el Pan que compartimos ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, somos un solo pan y un solo cuerpo”.
8. Analizar el sentido de la vocación sacerdotal en orden al crecimiento de la comunidad eclesial y su participación en la misión de Cristo. El sacerdote es un consagrado a Cristo. Quien sirve gasta la libertad gratuitamente, sin medir lo que se da, con tal de conseguir esa libertad para otros. El Papa, los obispos, los sacerdotes y los diáconos, elegidos y enviados por Jesús, renuevan los gestos de Cristo, proclaman su Palabra y hacen posible el crecimiento de la Comunidad eclesial.. Es Jesús el que actúa en ellos.
9. Descubrir el vínculo indisoluble entre Jesucristo y la Iglesia. Una Iglesia que cree, ora y celebra. Jesucristo estableció su Iglesia como comunidad de fe, esperanza y caridad. Entre los miembros de este cuerpo, que es la Iglesia, hay diversidad de vocaciones, carismas y oficios. Todos deben complementarse entre sí y actuar para la común edificación y crecimiento del Cuerpo de Cristo.
10. Conocer la apertura del evangelio a los paganos. Pedro inicia la apertura del cristianismo. La elección de Pablo y Bernabé para la misión de llevar el evangelio a los gentiles. Los viajes de Pablo y las comunidades no judías.
11. Reconocer y valorar el camino que la Iglesia en el siglo II y III. Se toma conciencia de ser y constituir la Iglesia. El centro de la Iglesia deja de ser Jerusalén y pasa a Roma. Vive en conflicto con el Imperio, no se identifica ni con judíos ni con paganos. Sufren la persecución y el martirio pero los cristianos “son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. Sobre salen S. Clemente Romano, S. Ignacio de Antioquía, S. Ireneo, S. Justino.
12. Saber y comprender la acción humanizadora de la Iglesia, S.IV. Con Constantino surge la libertad religiosa y el apoyo al cristianismo. Comienza un periodo de paz y de expansión. La aportación del cristianismo es ingente: el poder revolucionario del Evangelio, la humanización de las costumbres paganas, el comienzo de la abolición de la esclavitud. Nace el monacato, S. Benito. Los Santos Padres, S. Gregorio nacianceno, S. Juan Crisóstomo, S. Ambrosio y S. Agustín. Los cuatro grandes concilios: Nicea, Constantinopla, Éfeso y Calcedonia.
13. Razonar y comprender la relación de la Iglesia con el mundo en los siglos V al XIV. Ruptura con el mundo antiguo. Surge una nueva cultura basándose en la cultura griega y otras aportaciones. Carlomagno restaura el Imperio. La alianza “Iglesia-poder” conlleva el peligro de oscurecer la finalidad espiritual de la Iglesia. Surge la lucha por las investiduras y la tensión de autoridad entre los Papas y Emperadores. Se manifiesta el movimiento Cluniacense y Cisterciense (S. Bernardo), las Órdenes Militares y las Órdenes mendicantes: S. Francisco de Asís, Santo Domingo de Guzman. Las Universidades en el s.XII: Oxford, Salamanca, París. Santo Tomás de Aquino y la Teología escolástica.
14. Valorar la misión de la Iglesia a lo largo de los siglos. Reconocimiento de las aportaciones que sus enseñanzas han ido dando a la historia, de manera especial en sus Santos y Doctores.
15. Valorar los acontecimientos históricos no desde nuestra sensibilidad actual sino según la conciencia y situación de la época en que acontecieron. Motivar el análisis de los hechos desde una referencia, siempre que sea posible, a situaciones actuales que puedan revestir un interés vital, para intentar dar una respuesta a los interrogantes.

Estándares de aprendizaje

1. Sabe resumir los elementos básicos del proyecto de Dios sobre el Pueblo de Israel.
2. Identifica los libros de la Biblia en el nuevo testamento, su historicidad, descripción de su contenido más importante de algunos textos de la Biblia.
3. Sabe relacionar los textos de la Biblia, de la Tradición y el Magisterio sobre la revelación de Dios.
4. Sabe valorar la presencia de Dios como Padre amoroso en medio de su pueblo.
5. Sabe porqué llamamos a la Iglesia, Misterio de Comunión, Templo del Espíritu, Pueblo de Dios.
6. Sabe y valora el sentido de la vocación sacerdotal en orden al crecimiento de la comunidad eclesial, el servicio a Dios y a su Iglesia.
7. Sabe describir el servicio que los modelos de vida de los santos han aportado a la cultura de cada época.
8. Sabe y razona que la aportación del cristianismo es ingente: el poder revolucionario del Evangelio, la humanización de las costumbres paganas, el comienzo de la abolición de la esclavitud.
9. Conoce y razona el servicio de los concilios a la transmisión de la fe.
10. Conoce los movimientos de renovación de la fe y los Santos que los fundan.
11. Valora la acción cultural y religiosa de las Universidades, S.XIII.
12. Explica el sentido religioso de las peregrinaciones.
13. Razona el sentido de las reformas de la Iglesia como renovación en sus raíces evangélicas.
14. Conoce algunos viajes de Pablo y su intención y misión.
15. Localiza y valora las aportaciones de los grandes santos y doctores de la Iglesia en la construcción de Europa y su evangelización.
16. Sabe analizar los hechos desde una referencia a situaciones actuales y da una respuesta a los interrogantes.

CUARTO CURSO

Contenidos

1. La vida y obra de Jesucristo a través de las fuentes históricas de sus hechos y el análisis bíblico.
2. La fe en Dios y la respuesta de los cristianos a la persona de Jesucristo. Razones para creer y actitudes de los creyentes. Los valores y virtudes que surgen de Jesucristo y la gracia de Dios.
3. El dinamismo de la fe como don y gracia de Dios. Encontrar en Jesucristo, el hombre nuevo, el sentido de la vida.
4. Razona el valor del don de Dios de la libertad para poder optar por la verdad y el bien y la responsabilidad de los propios actos.
5. El misterio Trinitario, Dios, misterio de comunión. La doctrina trinitaria. Fundamentación bíblica.
6. La Iglesia como Pueblo de Dios. Los carismas y ministerios desarrollan la misión de la Iglesia por la acción del Espíritu Santo.
7. Sentido de la presencia y realización de las notas de la Iglesia a lo largo de la historia.
8. Valores y virtudes de los santos en el cristianismo durante el Renacimiento y el Barroco: La importancia de la Universidad: Duns Scoto, San Anselmo, Santo Tomás. La reforma protestante. Trento y la reforma católica. Nuevas órdenes religiosas. Grandes santos y místicos españoles: Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y San Ignacio de Loyola.
9. El servicio de la Iglesia en la evangelización del Nuevo Mundo: la defensa de los indios y las reducciones del Paraguay.
10. L acción de la Iglesia en el mundo contemporáneo. El conflicto fe-razón. La preocupación por la cuestión social. Las nuevas órdenes religiosas, pioneras en la educación, la sanidad y la asistencia. Grandes educadores cristianos. La expansión misionera y la presencia de la Iglesia en el "cuarto mundo". Ciencia y religión.
11. La modernidad y la renovación interior de la Iglesia contemporánea: el Concilio Vaticano II: líneas maestras de las Constituciones. El Holocausto. Judaísmo e Islam contemporáneos: tradición y modernidad.
12. La influencia de la religión en la configuración de la historia y cultura española.
13. La unción de los enfermos. El juicio y destino final. La resurrección del Señor y la Asunción de la Virgen como esperanza para el cristiano en la vida eterna.

Criterios de evaluación

1. Saber dar respuestas trascendentes a los interrogantes de sentido que surgen a la largo de la vida.
2. Reconocer, reflexionar y dialogar sobre las claves básicas del mensaje cristiano según la edad con relación entre la fe y la razón, la fe y cultura, la fe y la vida.
3. Reconocer en Jesucristo Salvador el modelo de hombre nuevo, propuesto a todos los cristianos como referencia de persona. En Cristo volvemos a ser creados, nos encontramos de nuevo a nosotros mismos. “El misterio del hombre solo se esclarece en el misterio de la Palabra hecha hombre
4. Constatar la posibilidad de elegir el bien y el mal por el hecho de ser libres. Tomar conciencia de que Jesús trae la buena noticia del perdón y confía a la Iglesia su poder de perdonar los pecados por el sacramento de la Penitencia. Jesús y el Padre acogen con amor al pecador que reconoce su culpa y está en actitud de conversión.
5. Profundizar en el misterio de la Trinidad. Dios es Amor entre Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas distintas realmente entre sí pero un solo Dios. A cada una de estas Personas se le atribuyen acciones especiales en favor de todos: el Padre es creador, el Hijo, el Salvador y el Espiritu Santo que santifica y está presente en la Iglesia.
6. Conocer y valorar que el creyente vive su fe en medio de un pueblo, el Pueblo de Dios. Este pueblo tiene un pasado: Israel; un presente: la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios y un futuro: la plenitud del Reino de Dios. Hablar de la Iglesia como Pueblo de Dios es hacer comprender que los cristianos tienen por cabeza a Cristo y han tomado su estilo de vida, conscientes de su nueva corresponsabilidad como protagonistas de la vida de la Iglesia.
7. Reconocer la necesidad de reforma en la jerarquía y en los fieles, S.XV- XVI, reforma protestante con Lutero, Calvino y la reforma católica con nuevos movimientos, el Concilio de Trento con la renovación doctrinal y disciplinar y nuevas órdenes religiosas, especialmente S. Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús, Santa Teresa de Jesús y la reforma carmelitana, S, Felipe Neri y el Oratorio. El cristianismo recobra su carácter evangelizador con la Evangelización de América: franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas, mercedarios… S. Pedro Claver.
8. Valorar la acción dialogante de la Iglesia ante la secularización de la razón. El rechazo del dogma de la Iglesia. Nuevo modelo de sociedad y de Estado derivado de la Revolución Francesa. En la Iglesia surgen santos e instituciones al servicio de la cultura: S. Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac (Hijas de la Caridad) S. Alfonso Mª de Ligorio, S. Francisco de Sales, Juan Bautista de la Salle.
10 Conocer y valorar en los S. XIX y XX que se fragua una profunda renovación.
Florece la liturgia de la Iglesia, los seglares descubren su responsabilidad eclesial, se recrea un nuevo rostro de la Iglesia, surgen los movimientos apostólicos seglares. Surge un gran impulso evangelizador. El Concilio Vaticano II, la visión de la Iglesia como Pueblo de Dios: Lumen Gentium, Gaudium et Spes, Dei Verbum. La Iglesia misterio de Salvación.
11 Conocer el sentido que Cristo da a la autoridad en la Iglesia: servicio y centro de unión, de la comunión y de la unidad en la fe. La misión del Papa, los obispos, los presbíteros, diáconos y laicos en la Iglesia.
12 Valorar y aplicar las exigencias morales del mensaje cristiano en cada acontecimiento de la vida.
13 Valorar la misión de la Iglesia a lo largo de los siglos. Reconocimiento de las aportaciones que sus enseñanzas han ido dando a la historia, de manera especial en sus Santos y Doctores.
14 Reconocer el fundamento y la jerarquización de los valores y virtudes cristianas, desarrollando la dimensión moral y social de la personalidad del alumno.
15 Reconocer el ansia profunda de infinito que aparece en el ser humano. Descubrimiento del anhelo de Dios y el sentido de la vida eterna. Comprender que la comunidad cristiana ha de estar atenta a las necesidades de los que padecen enfermedad y están próximos a la muerte. Jesús ofrece a los que sufren el sacramento de la unción. La Ascensión de la Virgen María, fidelidad en la fe y esperanza en el encuentro con el Señor.

Estándares de aprendizaje

1. Relaciona los hechos más importantes de Jesucristo y la fuentes bíblicas
2. Reconoce el modelo de salvación que nos trae Jesús.
3. Aplica los valores y virtudes que surgen de Jesucristo y la gracia de Dios y los principios morales del cristianismo con relación a los problemas actuales más acuciantes sobre la vida.
4. Reconoce, valora y defiende el servicio que la Iglesia ha prestado a lo largo de los siglos al transmitirnos íntegros el mensaje y la vida de Jesús y las luces que muestra al mundo actual.
5. Valora y aprecia la santidad de la Iglesia a pesar del pecado de sus hijos. Reconocer su carácter de signo salvífico en el mundo.
6. Reconoce que Jesús trae la buena noticia del perdón y confía a la Iglesia su poder de perdonar los pecados por el sacramento de la Penitencia.
7. Sabe el significado de las palabras, apóstol, obispo, jerarquía, Colegio Episcopal.
8. Sabe explicar el contenido de las notas de la Iglesia: Una, santa, católica y apostólica.
9. Identifica los grandes hitos del arte cristiano como expresión de la fe del pueblo y manifestación de la acción de Dios en el mundo.
10. Identifica y valora las virtudes de los santos como un modelo de vida en el seguimiento de Jesucristo válido en cualquier momento histórico.
11. Sitúa el servicio que la Iglesia realiza a la cultura. Reconoce la excelente contribución al desarrollo de la dignidad humana y de los derechos del hombre.
12. Sabe describir y suscitar aprecio por la acción educativa y social de la Iglesia en el mundo contemporáneo.
13. Diferencia los textos claves del Concilio Vaticano II, para establecer un diálogo de la Iglesia con el mundo.
14. Sabe que por la presencia eficaz del Espíritu de Jesús en el sacramento de la unción, la enfermedad pierde su carácter más duro para convertirse en evangelio de paz, de serenidad y de esperanza.
15. Sabe localizar algunos textos bíblicos sobre el juicio y destino final, y sabe relacionar la fiesta de la Resurrección del Señor y de la Asunción de la Virgen con la esperanza de vida eterna.

METODOLOGÍA DIDÁCTICA

En la Educación Secundaria, la opción católica tiene en cuenta las características psicológicas propias de la adolescencia. En esta edad el alumno se plantea especialmente la actitud personal ante lo religioso de una forma más racional y entra en una fase de interiorización que aúna un descubrimiento mayor de sí mismo y una capacidad creciente de abstracción.
Tiene por finalidad proseguir el desarrollo integral de la personalidad de los alumnos y en particular transmitirles los elementos básicos de la cultura y formarles para asumir sus deberes y ejercer sus derechos y prepararles para incorporarse en la vida activa o para acceder a las etapas posteriores de formación. En ambos caminos educativos vía terminal o propedéutica el desarrollo curricular de la religión en esta etapa contribuye a la formación integral del alumno y a su inserción social.
El nivel evolutivo de los alumnos exige mayor profundización de contenidos religiosos en respuesta a la exigencia de la persona abierta a la trascendencia y en búsqueda del significado ultimo de su existencia con todas sus implicaciones éticas.
Es imprescindible tener en cuenta el proceso evolutivo del alumno, en su paso de la fase operacional concreta a la formal, el retorno a la subjetividad, el descubrimiento de una interioridad diferente, independiente, libre, con sus intereses y sentimientos y su apertura a lo religioso, social y profesional.
En esta etapa el alumno entra en un periodo de despegue intelectual. A los 12-13 años, el preadolescente ya es capaz de una cierta organización mental marcadamente racional; su funcionamiento empieza a ser hipotético-deductivo. Puede resolver operaciones lógico-formales partiendo de lo lógico-concreto. Se desarrolla la razón formal; ya es capaz de abstraer y de generalizar. Poco a poco adquiere la posibilidad de operar mediante análisis y síntesis, inducción y deducción, hipótesis y comprobación, conceptos y símbolos. También comienza a captar el significado del pasado histórico.
La enseñanza de la Religión católica en esta etapa ha de tener en cuenta las características psicológicas indicadas y también, de manera especial, los cambios que afectan a la visión del mundo religioso en esta edad. Es un momento de inquietud acerca del sentido de la vida; se empieza a plantear la cuestión de la actitud personal ante lo religioso, acompañada de crisis en las conductas religiosas como ruptura con su pasado infantil. Si en la etapa anterior el niño se abría a lo religioso de manera más bien afectiva, ahora comienza a hacerlo de forma más racional y con espíritu crítico, sin que esto excluya un proceso de personalización: la noción de Dios se hace más existencial y evoluciona del “algo” (fase de la atributividad) al “alguien”. Necesita identificarse con modelos para ir forjando su personalidad.
Más adelante, entre los 14-16 años, la adolescencia, se potencia la capacidad racionalizadora. Hay que presentarles propuestas explícitas para que reflexionen seriamente sobre la conducta personal y social, con lo que esto supone de potenciación del análisis crítico.
Entra en una fase de interiorización que se encuentra entre un descubrimiento mayor de sí mismo y una capacidad creciente de abstracción. En esa situación es posible que surjan dudas de fe y que se funcionalice la religión al servicio de la ética.
El profesor ha de tener presente estas características, tocando los puntos de interés de los alumnos, exponiendo la doctrina con mayor rigor científico y tratando de dar respuesta a los interrogantes que plantean los adolescentes.
Como en todas las áreas y asignaturas, el currículo de la religión y moral católica es el instrumento básico e imprescindible para el desarrollo de la propia materia. No es un catálogo de enunciados sobre el temario de la asignatura, pues en él se han vertido finalidades, dimensiones, competencias, objetivos, contenidos conceptuales, procedimientos, criterios de evaluación e indicadores de una primera metodología en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es importante que los profesores conozcan, comprendan y valoren el currículo de su propia materia y sus posibilidades de utilización a la hora de elaborar los proyectos curriculares de etapa, las programaciones anuales y en el trabajo de adecuación de las mismas unidades didácticas a las peculiaridades de sus alumnos, independientemente de los libros de texto que utilicen.
El docente es una de las partes responsables del acto didáctico. A él corresponde organizar la didáctica, estimular la comunicación, el diálogo, valorar el proceso, motivar… El profesor es un educador. Su capacidad de planificar el proceso de enseñanza es fundamental para que dicho proceso sea eficaz.
Los medios demandan determinadas actividades. No se pueden aplicar actividades indiscriminadamente; la pregunta para seleccionar las más adecuadas es: ¿qué pretendemos con esta actividad?, ¿qué objetivo queremos lograr?, ¿qué conocimiento se procura que adquiera el alumno? Las actividades que se propongan sin referencias ni encaje con los elementos del currículo desvían la orientación y el sentido de la formación religiosa católica.

LA PEDAGOGÍA DE DIOS
La expresión “pedagogía de Dios” se refiere de manera específica a la forma de proceder de Dios para con las criaturas, su estilo educativo. Tiene unas características propias e irrenunciables, que permanecen a lo largo de la historia; no es un método, o un conjunto de normas y actividades, sino una forma de relación con el hombre, de “educación” en el sentido etimológico del término, que acompaña al ser humano en su proceso de crecimiento personal (educare) ayudándole a extraer lo mejor de sí (ex-ducere).
En su actuar, Dios toma la iniciativa, en cuanto que siempre se acerca como una oferta de amor para el hombre. Así nos lo muestra Jesucristo cuando se dirige a las personas eligiendo aquellas imágenes y parábolas que puede comprender el labrador, el pescador, el centurión… No quiere enseñar la cultura del entorno, sino que se sirve de ella para presentarse a sí mismo y transmitir su mensaje.
Afirmar que la forma de actuar de Dios con sus criaturas es referencia, modelo y fuente significa que la pedagogía de Dios va a iluminar todo el currículo a la hora de actuar en el aula, lo que ha de reflejarse en los objetivos, contenidos y criterios de evaluación, así como en los métodos y actividades que utilicemos.
Los discípulos tuvieron la experiencia directa de los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignándolos después en los evangelios: la acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como persona amada y buscada por Dios; el anuncio genuino del Reino de Dios como buena noticia de la verdad y la misericordia del Padre; un estilo de amor que libera del mal y promueve la vida. Cristo les enseña la pedagogía de la fe en la medida en que comparten plenamente su misión y su destino.
Los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignados en los evangelios, marcan un estilo característico de proceder para el profesor cristiano. El más significativo es la propuesta de una relación interpersonal entre Dios, que busca al hombre, y el hombre, que busca el sentido de su vida.
Cada encuentro de Jesús posee una peculiaridad especial y una novedad: Zaqueo, Nicodemo, la samaritana… cada una de las personas recibe un trato personal y un toque singular de la presencia de Dios.
El análisis y la reflexión acerca de los episodios de encuentros narrados en los Evangelios son un instrumento muy útil para el profesor de Religión Católica. Esta convocatoria al encuentro sugiere, entre otras, los siguientes valores para el educador cristiano:
La acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como persona amada y buscada por Dios, es una característica singular que no debe pasarnos desapercibida en el acto docente. El respeto, reconociendo que trabajamos con personas que son hijos de Dios, a las que debemos el mismo trato que Él tiene con sus criaturas. La actitud de servicio que lleva al educador a poner sus conocimientos, sus cualidades y su propia persona al servicio de los alumnos que le son confiados; es un servicio a la persona integral. La condescendencia, realidad de la que manan numerosas actitudes educativas: compasión, cercanía, comprensión, adaptación a la realidad del alumno, ponerse a su nivel para elevarle, valorarle, apreciarle, acompañarle, etc.
Es característica de la pedagogía de Jesús el empleo de todos los recursos propios de la comunicación interpersonal, como la palabra, el silencio, la metáfora, la imagen, el ejemplo, y otros tantos signos. Esto supone también una invitación a buscar los recursos que en la actualidad sean más adecuados para la transmisión real de su mensaje.
La escuela, en la situación actual, no puede renunciar a su condición de ser un lugar señalado para la formación integral del hombre, mediante la asimilación sistemática y crítica del universo cultural: hechos, saberes, valores, sentido de la vida humana, posibilidades éticas, formas de interpretación creadora de la realidad, esperanzas, capacidades de autoidentificación, de discernimiento, de distanciamiento crítico respecto a lo dado y establecido. El objetivo irrenunciable de la institución escolar lleva consigo su efectiva referencia a una determinada visión del hombre y a su sentido último, para afirmarlo, negarlo o prescindir de él.
Madrid 30 de diciembre 2013


CURRÍCULO DEL ÁREA DE RELIGIÓN
Y MORAL CATÓLICA.
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
BACHILLERATO

Introducción
La formación religiosa y moral católica cuenta con una larga tradición en el sistema educativo español y, respondiendo a razones profundas de la institución escolar y a derechos humanos reconocidos por la Constitución española, está garantizada actualmente por el Acuerdo suscrito entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, firmado el 3 de enero de 1979, en el cual se establecen los principios que hacen posible las garantías constitucionales.
La Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad de la Educación, tiene en cuenta en la Disposición Adicional Segunda el derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos, según sus convicciones, estableciendo que la enseñanza de la religión se incluirá como área o materia en los niveles educativos que corresponda. Los Decretos de Enseñanzas Mínimas desarrollan dicha Disposición Adicional 2ª en cuanto a su presencia curricular y condiciones académicas aplicando la exclusiva competencia de la Jerarquía eclesiástica para determinar el currículo propio de la enseñanza religiosa católica en nuestro caso.
En este marco, la enseñanza de la religión y moral católica se presenta como opción libre para los alumnos y obligatoria para los centros.
La enseñanza religiosa contribuye a la calidad de la educación desde la propuesta y desarrollo de unos conocimientos, valores y actitudes que conforman su propio currículo. Lo hace desarrollando especialmente la capacidad trascendente del alumno, facilitándole una propuesta de sentido último para su vida e iluminando el fundamento de aquellos valores comunes que hacen posible una convivencia libre, pacífica y solidaria.
No podría existir una formación integral y, por tanto, una educación de calidad, si no se desarrollasen todas las capacidades inherentes al ser humano, entre las cuales se encuentra constitutivamente la capacidad transcendente. Esta capacidad básica del individuo, adquiere su auténtico cumplimiento en la búsqueda del sentido último de la vida.
Enraizada en lo más profundo del ser, el alumno va descubriéndola -teniendo en cuenta los niveles de aprendizaje propios de cada edad- en los símbolos y signos de su entorno, en el progreso y humanización del propio ser humano, en el lenguaje narrativo de la Biblia, en los modelos cristianos de identificación y, particularmente, en la persona de Jesucristo y su presencia en la comunidad cristiana.
El currículo de la enseñanza de la religión católica es una síntesis básica y global del mensaje cristiano, adecuada a la edad del alumno, a las exigencias epistemológicas de la materia, a las expresiones culturales del entorno y a las demandas didácticas del sistema educativo. Junto con las otras opciones del área de Religión, se enmarca en un contexto histórico y social, incluye parte del gran acervo cultural y artístico que emana de la fe católica y de otras confesiones, y posibilita el análisis comparado de los contenidos y líneas básicas de las grandes religiones vigentes.
La enseñanza religiosa católica como materia integrada en el currículo del alumno contribuye también, de manera importante, a la mayoría de estas competencias básicas. Sin embargo, esta contribución no obsta para que el área de religión y moral católica concrete y especifique sus propias competencias: la competencia cultural e histórica, la competencia humanizadora, la competencia ético-moral, la competencia epistemológica y la competencia de sentido trascendente,.
La enseñanza religiosa católica como materia integrada en el currículo del alumno contribuye también, de manera importante, a la mayoría de las competencias básicas del currículo. Sin embargo, esta contribución no obsta para que el área de religión y moral católica concrete y especifique sus propias competencias.
Contribución de la enseñanza religiosa católica a las competencias básicas
La religión y moral católica aporta a la competencia cultural y artística, una valoración crítica de la cultura a la luz del evangelio, motivando al mismo tiempo el aprecio de la propia cultura y la estima adecuada de otras tradiciones culturales y religiosas.
La cultura y la historia europea occidental, y la propia historia y cultura española, no pueden ser comprendidas y asumidas si se prescinde del hecho religioso presente siempre en la historia cultural de los pueblos.
Con relación a la competencia social y cívica, la enseñanza religiosa católica aporta la fundamentación y jerarquización de los valores y virtudes que contribuyen a educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la corresponsabilidad, el ejercicio de la solidaridad, de la libertad, de la justicia y de la caridad. Todo ello, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
Ello conlleva mejorar las relaciones interpersonales basadas en principios y valores que emanan de la persona de Cristo y ayuda, en consecuencia, a afrontar las situaciones de conflicto mediante el diálogo, el perdón y la misericordia, valores genuinamente cristianos. En lo más profundo del ser cristiano surge el gran valor de la fraternidad universal. De ahí que las mínimas exigencias éticas de convivencia, participación, respeto a la diversidad sean consecuencias de la fe cristiana.
La enseñanza religiosa católica aporta elementos básicos en cuanto al logro de la competencia en comunicación lingüística pues se sirve del lenguaje académico, de los lenguajes que conforman la cultura que se trasmite en el área de religión, así como de los lenguajes de la propia enseñanza religiosa.
El diálogo de la fe con la cultura contribuye a la competencia en comunicación lingüística, en la medida en que exige ejercitarse en la escucha de la palabra de Dios,
en los diversos modos de comunicación que la acción de Dios sobre el hombre ha utilizado. Su revelación es rica en distintos lenguajes. Así, el lenguaje bíblico y su riqueza de expresión y simbología, el lenguaje doctrinal y su precisión conceptual, analítica y argumental, el lenguaje litúrgico y su cercanía al lenguaje de los símbolos del pueblo cristiano, el lenguaje, en fin, testimonial que hace posible la transmisión vital de lo conocido.
La competencia para la autonomía e iniciativa personal no podrá realizarse en el alumno si no comienza ya a adiestrarse en el conocimiento de sí mismo, en su ser más profundo, en sus potencialidades, en su dignidad y en su sentido. La formación religiosa católica aporta a dicha competencia una cosmovisión que da sentido a la vida y, por tanto, al sentido de la cultura y de la identidad misma de la persona humana. Una cosmovisión que hace posible la formación integral del alumno frente a visiones parciales y determinantes de la libertad propia.
En síntesis, la enseñanza religiosa católica no se reduce a una enseñanza de valores; se dirige a la persona concreta en sus raíces, en sus posibilidades humanas y, sobre todo, se dirige al ser humano en su finalidad trascendente. Todo ello conlleva el ofrecimiento del Evangelio de salvación de Jesucristo, para que, una vez conocido, surja la humanidad nueva hecha de hombres nuevos conforme al designio de Dios.
La enseñanza religiosa contribuye positivamente al desarrollo de la competencia de aprender a aprender en el estudio y reflexión del Mensaje cristiano facilitando el impulso del trabajo en equipo por su intrínseco sentido comunitario, proponiendo no sólo una propuesta consensuada de valores y actitudes, sino un marco de referencia aceptado voluntariamente según sus convicciones, que ha de ser crisol en la búsqueda de la verdad y del bien.

Las competencias específicas en el área de religión y moral católica

La enseñanza religiosa católica se estructura a partir de cuatro dimensiones que fundamentan las competencias específicas de la enseñanza religiosa católica: La dimensión cultural e histórica, la dimensión humanizadora, la dimensión ético-moral y la dimensión epistemológica. Estas dimensiones aportan, a su vez, elementos con referencia a las competencias básicas, ya analizadas, y orientan y clarifican las competencias y capacidades específicas del área de religión católica.
La dimensión cultural e histórica está presente en la enseñanza religiosa, dado que el patrimonio cultural, histórico y antropológico-axiológico que gran parte de las sociedades reciben del pasado está vertebrado por contenidos religiosos. En este sentido, la Religión católica ha dado sus frutos en el arte, en los sistemas de significación moral, en la creación popular y en la acción social.
El alumno no sólo va a conocer, sino que podrá comprender y asumir los valores que conlleva el conocimiento del hecho religioso en su expresión artística, cultural y estética, teológica y vivencial.
La dimensión ético-moral explicita las exigencias morales que conlleva el mensaje cristiano. En la religión católica se ofrece una determinada manera de ver la vida, en cuya base se encuentra un concepto de hombre, un núcleo referencial de ideas y creencias, y la propuesta de una escala de principios y valores. La enseñanza religiosa católica expone, fundamenta y jerarquiza los valores y virtudes capaces de educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la responsabilidad, el ejercicio de la solidaridad y de la caridad. Todo ello, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
Con ello estamos fundamentando uno de los valores básicos, su dignidad como ser humano, como hijo de Dios. El sistema educativo no puede tener como objetivo reproducir sin más el modelo de sociedad existente. Habrá de disponer a sus alumnos para que puedan abordar críticamente esa sociedad e intervenir en ella para cambiarla o modificarla.
Para ello, la dimensión humanizadora en la enseñanza religiosa católica faculta al alumno para dar respuesta a sus interrogantes más radicales, haciendo a su vez posible la formación de hombres y mujeres conscientes, críticos, libres y creadores.
La cosmovisión cristiana genera y fundamenta los valores y orienta el sentido último de la vida y de la identidad misma de la persona humana. Es finalidad de la escuela que los alumnos logren su desarrollo personal; lo que no es posible sin una conveniente fundamentación y orientación hacia un significado último y global de la existencia.
El alumno necesita, ya en estas edades, especialmente motivaciones para amar, para construir la personalidad más humana, para ilusionarse en proyectos de vida altruista y desinteresada. El testimonio de hombres y mujeres santos en toda la historia constituye un referente continuo para la autoasimilación de los valores más genuinamente cristianos.
Es importante en el proceso de la formación integral la orientación hacia un significado último y total de la existencia humana facilitan el desarrollo de su identidad personal, finalidad fundamental del quehacer escolar.
La dimensión epistemológica se presenta en el ámbito escolar, en su estructura disciplinar, con el carácter científico con el que se abordan las ciencias de la religión y la teología. Sus contenidos son saberes con una fundamentación y una metodología científica propia, implantados con rigor y tradición en nuestro entorno cultural. Su estatuto epistemológico original entra en el ámbito educativo en confrontación y diálogo con aquellos otros tipos de saberes y racionalidad que operan en la escuela.
La síntesis teológica irá desarrollándose y aplicándose en cada una de las etapas y cursos con referencia a cada uno de los núcleos temáticos que conforman la síntesis teológica: El fenómeno religioso, la cultura y la historia de la religión, la Biblia, Dios Padre, Jesucristo, El Espíritu Santo, la Iglesia, los sacramentos, la liturgia, la vida cristiana, la moral y los valores, la Virgen María, la escatología.
Conforme a las competencias establecidas en el citado Acuerdo internacional y reconocidas en la Disposición Adicional Segunda de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, corresponde a la Conferencia Episcopal Española fijar el currículo del área de Religión y Moral Católica.

Objetivos

El aprendizaje de esta materia ha de contribuir a que los/las alumnos/as desarrollen las siguientes capacidades:

1. Incorporar el saber de la fe en el conjunto de los demás saberes, dado el carácter científico de la enseñanza de la religión.
2. Reconocer la importancia y universalidad del fenómeno religioso en las diferentes culturas, en particular del cristianismo.
3. Asimilar, desarrollar y cultivar la dimensión religiosa del hombre como ser abierto a la trascendencia.
4. Sintetizar los contenidos fundamentales del mensaje cristiano desde las fuentes bíblicas y doctrinales de la Iglesia.
5. Descubrir el sentido de la dignidad del ser humano, partiendo de su creación, el valor de su vida y su transcendencia.
6. Analizar la relación de la fe con la cultura actual, valorando su aportación mutua.
7. Conocer los elementos básicos de la Doctrina Social de la Iglesia católica, para interpretar a su luz la realidad socio-económica del mundo.
8. Reconocer los contenidos éticos del mensaje cristiano y saberlos aplicar en la construcción de la sociedad.
9. Analizar los valores del cristianismo, contrastándolos con los valores de los humanismos de nuestro tiempo.
10. Adquirir una actitud de respeto y valoración hacia las personas de diversa cultura e ideología, a fin de construir mediante el diálogo una convivencia en paz y concordia.
11. Descubrir el significado profundo de la actividad humana, como manifestación de la propia dignidad, aplicando los criterios cristianos a la actividad laboral.
12. Conocer los servicios que la Iglesia aporta al mundo contemporáneo y su sentido.
13. Despertar el sentido crítico ante los medios de comunicación y aplicarles los criterios y juicios de valor evangélicos.
14. Conseguir progresivamente una síntesis coherente y vital del mensaje cristiano que les sirva para dialogar con otras confesiones religiosas y la cultura contemporánea.

PRIMER CURSO

Contenidos

1. Información sobre la dimensión religiosa del hombre y sus distintas expresiones.
2. El misterio de la persona humana. Limitaciones y capacidades.
3. Respuesta al pensamiento y cultura actual.
4. Cristo clave y fin de la historia.
5. La expresión de la experiencia de Dios en los distintos lenguajes de hoy..
6. La problemática entre la fe y la libertad. El proyecto de Dios sobre el hombre. La libertad y la responsabilidad.
7. La personalidad del hombre nuevo, hijo de Dios. El hombre nuevo, que nace del amor de Dios, coopera y se integra en el Reino de Dios
8. Las consecuencias sobre Jesucristo, Dios y hombre, por su misterio pascual realiza el proyecto divino de salvación.
9. La respuesta del hombre a la oferta salvadora de Dios. El seguimiento de Jesucristo. La fe y el amor.
10. La presencia del Reino de Dios, presente y que llegará a su plenitud. Fundamentación humana y evangélica de la construcción de la paz, y de la civilización del amor.

Criterios de evaluación

1. Desarrollar las capacidades espirituales que ayuden al alumno a abrirse al sentido de Dios y a los valores del espíritu, al gusto por lo bello y lo bueno, a la superación de toda forma de intolerancia y fanatismo, en conformidad con el Evangelio y en solidaridad con los más pobres.
2. Conocer y asumir la cosmovisión cristina en la que se percibe al hombre consciente de su responsabilidad al servicio del mundo, de las personas y de Dios.
3. Reconocer que nadie puede huir del interrogante: ¿Qué es el hombre? Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte. El hombre se ha dado muchas respuestas desde la misma exaltación hasta la desesperación. A estos interrogantes sólo Dios puede dar respuesta cierta.
4. Conocer que el hombre ha sido creado a imagen de Dios con capacidad para conocer y amar a su Creador. El hombre participa de la luz de la inteligencia divina. Esta inteligencia se perfecciona y debe perfeccionarse por medio de la sabiduría. Por la fe, el hombre ofrece el homenaje total de su entendimiento asintiendo libremente a lo que Dios revela.
5. Saber que Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena perfección.
6. Reconocer y razonar sobre la verdadera libertad frente a la pseudo libertad o libertinaje. So pretexto de libertad no se puede menospreciar la debida obediencia.
7. El hombre se siente como impotente para dominar con eficacia por sí solo los ataques del mal hasta llegar a sentirse como privado de su libertad. Por la revelación el creyente sabe que el hombre creado por Dios en la justicia ya desde el principio abusó de su libertad levantándose contra Dios. El pecado en el fondo impide al hombre lograr su propia plenitud.
8. Saber que el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo Encarnado. Todas las aspiraciones humanas encuentran en Cristo su fuente y corona.
9. Valorar que Jesús se entregó por amor a los hombres hasta la muerte. Pero resucitó al tercer día. El Espíritu de Cristo resucitado actúa en los corazones de los hombres dándoles la posibilidad de llegar a la plenitud humana, viviendo en la libertad de los hijos de Dios.
10. Descubrir el hondo significado cristiano de la tolerancia, la participación, la responsabilidad y solidaridad, aplicándolos a situaciones sociales habituales: trabajo, ocio, juego, familia, amigos...
11. Saber leer la realidad cristiana que está presente en el patrimonio cultural de la humanidad y de los pueblos de España y saberla expresar con los distintos lenguajes.

Estándares de aprendizaje

1. Razona y valora la orientación de la vida del hombre, el sentido de su vida y la respuesta que da la fe católica.
2. Sabe describir un acontecimiento y/o un problema social relevante, obteniendo información sobre él a partir de los medios de comunicación social, y valorarlo a la luz de los criterios morales cristianos.
3. Sabe explicar el sentido religioso de algunas manifestaciones artísticas y culturales.
4. Reconoce el hombre participa de la luz de la inteligencia divina.
5. Sabe analizar y relacionar la situación del hombre actual y su cultura con una visión cristiana del mundo.
6. Reconoce que el pecado en el fondo impide al hombre lograr su propia plenitud.
7. Sabe distinguir con claridad los valores que surgen del cristianismo y los contravalores presentes en la sociedad.
8. Razona el concepto claro de cultura y su conexión con la educación y los medios de comunicación social, distinguiendo entre el saber estadístico y el saber científico.
9. Conoce y asume los valores cristianos de la tolerancia, la participación, la responsabilidad y solidaridad.
10. Valora los testigos y santos y doctores que dieron su vida por su fe en Dios y el servicio cultural, social y religioso en la vida de la Iglesia.


SEGUNDO CURSO

Contenidos

1. Las distintas posturas ante Dios. La increencia y sus formas. La fe ante el ateísmo, el agnosticismo y la indiferencia.
2. Los humanismos actuales de inspiración no cristiana. Laicismo y “religión civil”. Nuevas formas de religiosidad hoy.
3. Las grandes religiones monoteístas y el cristianismo en la actualidad.
4. Los elementos que constituyen el humanismo cristiano como respuesta al sentido de la vida: grandes pensadores cristianos.
5. Las aportaciones de la fe a los planteamientos que, en el mundo actual, hacen la ciencia y la técnica sobre la persona humana..
6. El sentido transcendente de la vida. El sentido cristiano en las artes plásticas. El arte como pedagogía de la fe.
7. La plenitud de la Salvación realizada y ofrecida por Jesucristo, y la vida eterna. Posiciones actuales sobre el más allá.
8. Los valores del compromiso en la vida cristiana. El voluntariado en la Iglesia y en otras instituciones.
9. Los principios y fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia. Encíclicas sociales. Aplicaciones al mundo del trabajo. Derechos y deberes.
10. La problemática de la Iglesia y la sociedad: los católicos en la vida pública. Política y religión. Libertad religiosa. Tolerancia y pluralismo.
11. La fe cristiana y la ética. La conexión entre ética pública y ética privada. Cuestiones morales de actualidad y respuesta cristiana.

Criterios de evaluación

1. Reflexión sobre el cómo, el para qué y el porqué de su propia vida en las realidades cotidianas y en el entorno social, hasta las preguntas más radicales sobre los ideales y esperanzas de los hombres y sobre el sentido trascendente de la existencia.
2. Dialogar y reflexionar sobre las referencias religiosas y culturales esenciales para que, ante esos interrogantes, él pueda encontrar la respuesta oportuna y válida a la luz de la Revelación Divina.
3. Comprender y aplicar en la vida el descubrimiento de la opción religiosa como una manera de vivir la vida: humanizante, potenciadora de la realización del hombre, de su libertad, de la dimensión gratuita y festiva de la vida según el concepto cristiano del hombre.
4. Participar en el diálogo fecundo de la fe con la cultura, a través de una conexión interdisciplinar con las demás áreas académicas.
5. Saber que Dios entró en la historia de los hombres de un modo nuevo, enviando a su Hijo para arrancar por su medio a los hombres del poder de las tinieblas y de Satanás y reconciliar el mundo consigo en Él. Para que los hombres continuaran en el mundo la obra de creación por Él iniciada envió al Espíritu santo de parte del Padre.
6. Conocer que el cristiano está convencido por la fe de que le aguardan unos “cielos nuevos y una tierra nueva y que ese futuro mejor es gracia y es mérito a la vez. Es gracia de Dios, regalo inmerecido pero al mismo tiempo es fruto del esfuerzo del amor real de los hombres.
7. Reconocer que a la luz y por la fuerza de Jesús el cristiano puede en el mundo actual vivir, actuar, sufrir y morir de un modo verdaderamente humano, puesta la confianza en Dios y comprometido por el bien de los hombres.
8. Acceder a las interpretaciones que el cristianismo y otras religiones dan sobre la condición humana fundamental y sobre el sentido de lo trascendente
9. Reconocer que la moral cristiana no es sólo un conjunto de exigencias; es, ante todo un don de Dios, una vida nueva en Cristo resucitado es la fuente de esta vida nueva que Él nos comunica especialmente en los sacramentos. Esta orientación hacia el misterio de cristo no anula, sino que asume el conjunto de deberes morales que el hombre descubre en su propia conciencia moral. El hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón.

Estándares de aprendizaje

1. Sabe elaborar una síntesis actualizada de los contenidos esenciales de la fe cristiana.
2. Sabe responder a los interrogantes de este mundo, con la respuesta oportuna y válida a la luz de la Revelación Divina.
3. Razona y valora el concepto cristiano del hombre es una manera de vivir la vida: humanizante, donde el hombre se realiza, es libre, y posee una dimensión gratuita y festiva de la vida.
4. Reconoce que Hijo de Dios vino para arrancar por su medio a los hombres del poder de las tinieblas y de Satanás y reconciliar el mundo consigo en Él.
5. Identifica los valores y contravalores presentes en la sociedad actual, describir las fuentes fundamentales de la moral cristiana y analizar las dificultades que plantea actualmente el obrar según el Evangelio.
6. Sabe aplicar a las relaciones laborales los principios cristianos que fundamentan la dignidad, la libertad y los derechos-deberes en el mundo del trabajo.
7. Reconoce que el cristiano puede en el mundo actual vivir, actuar, sufrir y morir de un modo verdaderamente humano.
8. Sabe que la moral cristiana no es sólo un conjunto de exigencias.

ORIENTACIONES METODOLÓGICAS

La enseñanza religiosa católica en el Bachillerato tiene como finalidad básica proporcionar a los alumnos que han optado por ella la síntesis del mensaje cristiano que hace posible una fundamentación de su formación religiosa, y proporciona unos principios, valores y actitudes que favorecen su maduración personal. Teniendo como eje la dignidad de la persona, la lógica de la fe lleva al compromiso en favor de la promoción humana, la libertad, la justicia, la paz y la fraternidad, sustentadas en el amor. Los alumnos tendrán la oportunidad de aprender que Jesucristo es el fundamento de la moral cristiana sobre el amor y la convivencia.
La opción católica en este tramo educativo, en cuanto a su estructura epistemológica, se atiene al carácter científico con el que se abordan las Ciencias de la Religión. Los objetivos, contenidos y metodología teológica no sólo son adecuados al currículo del Bachillerato, sino que ofrecen la posibilidad de una fecunda interrelación con los propios de otros saberes de dicho currículo. Es más, el diálogo con la cultura es otra gran finalidad de esta etapa, la cual presenta así, de modo integrado, la propuesta del mensaje cristiano en la resolución de problemas y respuestas a interrogantes que el mundo de hoy plantea a los alumnos.
La enseñanza religiosa debe ser abordada desde una perspectiva interdisciplinar incorporando el saber religioso en el conjunto de los demás saberes dialogando con ellos y mostrando su peculiar contribución en la educación integral del alumno. De un modo especial este diálogo interdisciplinar habría que lograrlo en las áreas de las ciencias del hombre y sociales y en las ciencias naturales. No sólo por los temas afines sino sobre todo en aquellos aspectos más profundos en los que cada disciplina configura la personalidad del alumno. Sólo así se lograría una visión interdisciplinar que ayude al alumno a hacer una síntesis coherente que integre la cultura contemporánea en la fe cristiana.
Es imprescindible partir de la experiencia en la clase de Religión Católica. Partir de la experiencia que está en la base misma de la pedagogía religiosa es uno de los recursos más apropiados para la clase de Religión Católica.

LA PEDAGOGÍA DE DIOS

La expresión “pedagogía de Dios” se refiere de manera específica a la forma de proceder de Dios para con las criaturas, su estilo educativo. Tiene unas características propias e irrenunciables, que permanecen a lo largo de la historia; no es un método, o un conjunto de normas y actividades, sino una forma de relación con el hombre, de “educación” en el sentido etimológico del término, que acompaña al ser humano en su proceso de crecimiento personal (educare) ayudándole a extraer lo mejor de sí (ex-ducere).
En su actuar, Dios toma la iniciativa, en cuanto que siempre se acerca como una oferta de amor para el hombre. Así nos lo muestra Jesucristo cuando se dirige a las personas eligiendo aquellas imágenes y parábolas que puede comprender el labrador, el pescador, el centurión… No quiere enseñar la cultura del entorno, sino que se sirve de ella para presentarse a sí mismo y transmitir su mensaje.
Afirmar que la forma de actuar de Dios con sus criaturas es referencia, modelo y fuente significa que la pedagogía de Dios va a iluminar todo el currículo a la hora de actuar en el aula, lo que ha de reflejarse en los objetivos, contenidos y criterios de evaluación, así como en los métodos y actividades que utilicemos.

Los discípulos tuvieron la experiencia directa de los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignándolos después en los evangelios: la acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como persona amada y buscada por Dios; el anuncio genuino del Reino de Dios como buena noticia de la verdad y la misericordia del Padre; un estilo de amor que libera del mal y promueve la vida. Cristo les enseña la pedagogía de la fe en la medida en que comparten plenamente su misión y su destino.
Los rasgos fundamentales de la “pedagogía de Jesús”, consignados en los evangelios, marcan un estilo característico de proceder para el profesor cristiano. El más significativo es la propuesta de una relación interpersonal entre Dios, que busca al hombre, y el hombre, que busca el sentido de su vida.
Cada encuentro de Jesús posee una peculiaridad especial y una novedad: Zaqueo, Nicodemo, la samaritana… cada una de las personas recibe un trato personal y un toque singular de la presencia de Dios.
El análisis y la reflexión acerca de los episodios de encuentros narrados en los Evangelios son un instrumento muy útil para el profesor de Religión Católica. Esta convocatoria al encuentro sugiere, entre otras, los siguientes valores para el educador cristiano:
La acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como persona amada y buscada por Dios, es una característica singular que no debe pasarnos desapercibida en el acto docente. El respeto, reconociendo que trabajamos con personas que son hijos de Dios, a las que debemos el mismo trato que Él tiene con sus criaturas. La actitud de servicio que lleva al educador a poner sus conocimientos, sus cualidades y su propia persona al servicio de los alumnos que le son confiados; es un servicio a la persona integral. La condescendencia, realidad de la que manan numerosas actitudes educativas: compasión, cercanía, comprensión, adaptación a la realidad del alumno, ponerse a su nivel para elevarle, valorarle, apreciarle, acompañarle, etc.
Es característica de la pedagogía de Jesús el empleo de todos los recursos propios de la comunicación interpersonal, como la palabra, el silencio, la metáfora, la imagen, el ejemplo, y otros tantos signos. Esto supone también una invitación a buscar los recursos que en la actualidad sean más adecuados para la transmisión real de su mensaje.
La escuela, en la situación actual, no puede renunciar a su condición de ser un lugar señalado para la formación integral del hombre, mediante la asimilación sistemática y crítica del universo cultural: hechos, saberes, valores, sentido de la vida humana, posibilidades éticas, formas de interpretación creadora de la realidad, esperanzas, capacidades de autoidentificación, de discernimiento, de distanciamiento crítico respecto a lo dado y establecido. El objetivo irrenunciable de la institución escolar –formar el hombre desde dentro, liberarlo de todo lo que le impide y vivir plenamente como persona–, lleva consigo su efectiva referencia a una determinada visión del hombre y a su sentido último, para afirmarlo, negarlo o prescindir de él.

Madrid 30 de diciembre de 2013